Las fuerzas españolistas piden a Mas que rectifique tras el 12 de octubre
Populares y Ciutadans cargan contra el PSC y Unió, aunque se fijan el reto de atraerles al frente unionista
Actualizado:Partido Popular y Ciutadans celebraron ayer el «éxito» de la manifestación a favor de la unidad de España y dieron por hecho que las entre 30.000 y 160.000 personas que se reunieron el sábado en la plaza de Cataluña de Barcelona representan a la «mayoría silenciosa» de la comunidad autónoma, que su juicio es partidaria de que esta comunidad siga perteneciendo a España.
«La mayor parte de los catalanes no quieren la independencia», afirmó la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que se agarró a este argumento para reclamar al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que dé un cambio de timón, «rectifique» su propuesta soberanista, «recupere la sensatez y el diálogo», y «piense en el interés general de todos los catalanes». «Mas debe escuchar el clamor de las 160.000 personas que salieron a la calle, dejar de ser sólo el presidente de los independentistas y ser el presidente de los 7 millones y medio de catalanes», expresó la dirigente popular. En Ciutadans, la otra formación que abandera el constitucionalimo en Cataluña, se sienten fuertes y avisan que si Mas no da un viraje en su proceso hacia la consulta, se verán obligados a plantear una moción de censura. «El principal problema de Mas no es la consulta, sino que no gobierna», dijo Jordi Cañas, de Ciutadans, que vaticinó que finalmente no habrá referéndum.
El unionismo, como se refieren los nacionalistas catalanes a las fuerzas españolistas de Cataluña, cree que la manifestación del 12 de octubre ha supuesto un punto de inflexión. La Cataluña silenciosa ha roto su mutismo y por tanto asume el reto de sumar en próximas concentraciones, como la del día de la Constitución, a las fuerzas como el PSC o Unió que se oponen a la independencia, pero evitan alinearse en el bando que quieren liderar el PP y Ciutadans, porque prefieren optar por una tercera vía.
Y es que, a diferencia del sector soberanista, que se mantiene compacto y firme en su propósito de celebrar una consulta como antesala del estado catalán, el bloque de partidos catalanes que no están por la ruptura es todo menos un frente homogéneo. Así, no son lo mismo los españolistas sin complejos, como PP y Ciutadans, que los catalanistas que entienden que Cataluña es algo más que una comunidad autónoma -como el PSC, Iniciativa o Unió- pero rechazan la independencia. El propósito de los organizadores del 12 de octubre es atraer a su bloque a estos últimos, aunque a día de hoy la empresa se antoja complicada. De ahí que PP y Ciutadans criticaran ayer de manera airada su ausencia, sobre todo la de los socialistas, que mientras buscan una tercera vía y tratan de evitar la política de bloques, pierden votos a chorros.
«Mojarse»
«Deben mojarse definitivamente, no pueden estar en medio, tienen que aclarar si están a favor de la independencia o de los que defendemos la Cataluña plural dentro de España», dijo Sánchez-Camacho, que instó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, a rectificar y no permitir más que el PSC no esté al lado de aquellos que defienden España. Desde el PSC, Jaume Collboni replicó que su partido no participa en guerras de banderas y acusó a Camacho de responsable histórica de la crispación. Unió respondió que si no se manifestó es porque no tiene como objetivo mantener la unidad de España.
Ajenos a la polémica entre las formaciones antiindependentistas, los soberanistas hicieron una lectura de la manifestación en clave de referéndum sobre la autodeterminación, barriendo para casa y sus intereses. El portavoz adjunto de Esquerra, Oriol Amorós, afirmó que le parece «muy bien» que haya gente que se manifieste por la unidad de España. «Los respetamos tanto que queremos que se expresen en una consulta», afirmo. ERC cree que la mejor manera que tienen los manifestantes de dar su opinión es a través de un referéndum, de la misma manera que considera que la mejor forma de saber cuánta gente apoya el unionismo y cuánta es favorable a la independencia y así evitar la guerra de cifras que se produce después de cada manifestación».
Un referéndum que, por cierto, se aleja cada vez más de 2014. Si el consejero de Empresa Felip Puig se mostró el sábado favorable a aplazar la cita a 2015, para que la votación pueda ser pactada y así evitar el conflicto, este domingo el consejero de Interior Ramon Espadaler se unió a las voces que consideran improbable que dentro de un año los catalanes voten sobre la independencia.