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ESPAÑA

Miles de personas claman por la unidad de España en Barcelona

La convocatoria, apoyada por Ciutadans y el PP, llena la plaza de Cataluña de la ciudad condal en una concentración sin incidentes

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

Un mes después de la gran cadena humana independentista de la Diada, que reunió a millón y medio de personas a lo largo de toda la comunidad autónoma catalana, miles de personas se concentraron ayer en la plaza de Cataluña de Barcelona a favor de la unidad de España y contra la secesión. La manifestación, que sirvió como réplica a la marcha soberanista del 11 de septiembre, no fue, ni mucho menos, tan multitudinaria como la de la Vía Catalana, pero la participación superó a la de hace un año y para nada fue irrelevante.

Como siempre hubo baile de cifras. La organización habló de una asistencia de unas 160.000 personas, frente a las 100.000 de 2012; la Delegación del Gobierno estableció la convocatoria en 105.000, en comparación con las 65.000 que dio el año pasado; y la Guardia Urbana la rebajó a 30.000, cinco veces más que hace un año. En definitiva, miles de personas que pusieron en evidencia que la sociedad catalana, cuanto menos, es muy plural y no sólo responde al perfil soberanista, a pesar de que a día de hoy es el sentir hegemónico.

Tras apelar a la «mayoría silenciosa» que no participó en la Vía Catalana de la Diada, que sólo en Barcelona congregó a medio millón de personas, los partidos catalanes de signo españolista -sobre todo el PP y Ciutadans, que representan a un 20% de los escaños del Parlament catalán- buscaban un golpe de efecto que les permitiera exhibir que son capaces de movilizar a miles de personas a favor de una Cataluña española.

En un contexto de aumento del sentimiento independentista en Cataluña, que supera según algunos sondeos el 50% de la población, y en pleno debate sobre el futuro político, que la Generalitat quiere dilucidar en un referéndum que decida la separación o no de España, las formaciones que en Cataluña reciben el calificativo de unionistas perseguían un acto multitudinario en la calle que neutralizara el impacto que produjo la cadena humana a favor de la independencia.

«El mundo debe saber que hay muchísimos catalanes que no quieren romper con España. La Cataluña silenciosa que no quiere la independencia ha roto su silencio en Barcelona», afirmó la presidenta del PP Catalán, Alicia Sánchez-Camacho. «Se ha acabado el tiempo del silencio y ha llegado el momento de actuar para tener un gobierno autonómico para todos los catalanes», expresó Albert Rivera, presidente de Ciutadans.

La concentración de la plaza de Cataluña, en la que también participaron dirigentes de UPyD y de la ultras Plataforma per Catatalunya y Casal Tramuntana, no solo se planteaba como un pulso a los soberanistas, sino que también puso de relieve la lucha que hay entre las fuerzas catalanas por liderar el sector constitucionalista. Ante la ausencia en este tipo de actos del PSC, que defiende la celebración de una consulta sobre la independencia, pero aboga por el no a la secesión, el PP catalán ha sido históricamente la fuerza que ha enarbolado el españolismo en Cataluña. Pero las encuestas no son muy favorables para los populares y sí para Ciutadans, que poco a poco se va erigiendo en la formación hegemónica del constitucionalismo. El último sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, publicado esta semana, otorga a Ciutadans un 5,8% en intención directa de votos, frente al 2,8% del PP, cuando los populares obtuvieron hace un año 19 escaños en las autonómicas, 10 más que Ciutadans.

Sin incidentes

La manifestación de la plaza de Cataluña, convocada por la plataforma 'Som Catalunya, somos España', fue un todo «éxito» para los organizadores, tanto por la cifra de asistentes, como por el carácter cívico de la protesta, en la que no hubo incidentes, aunque sí alguna anticonstitucional. A pesar de superar de largo las cifras del año pasado, la alegría de los convocantes no fue completa por no haber sido capaces de incorporar a la concentración a todas las sensibilidades que de alguna manera u otra apuestan por un encaje de Cataluña dentro de España.

Es decir, lamentaron la ausencia del PSC y de Unió Democrática. La formación democristiana, aunque pertenece a la federación de CiU, defiende un estado catalán, integrado en una España confederal. En cambio, los socialistas catalanes, que pierden votos a chorros a favor de Ciutadans, pero también de Esquerra Republicana, abogan por una reforma federal de la Constitución española. Ambos partidos lideran la llamada tercera vía, que no ha recibido muchas simpatías, ni desde la Generalitat, ni del Gobierno central. Y ambos reclaman la consulta, extremo que rechazaban las miles de personas que se manifestaron en Barcelona.