Los hombres de negro nos siguen de cerca
Los exámenes de la troika, en la que ya no participaría el FMI, serían semestrales y no cada tres meses como ahora España se libra de prorrogar el rescate a a la banca, pero el control de la Comisión y el BCE seguirá hasta la devolución del 75% de los 41.300 millones recibidos
BRUSELAS.Actualizado:Ocurrió el 9 de junio de 2012. Después de semanas de duras presiones y al término de la celebración de un Eurogrupo de urgencia por videoconferencia, España blandía la bandera blanca. SOS. La situación era insostenible. Quizá en un intento de restar trascendencia a una decisión histórica, fue al ministro Luis de Guindos a quien le tocó bailar con la más fea. Rajoy no salió a escena. España negaba ser rescatada por Europa, pero a su vez el titular de Economía anunciaba que recibiría de sus socios comunitarios una línea de crédito de hasta 100.000 millones a unas condiciones de mercado «muy favorables» para sanear el sistema financiero del país, el mismo que en el estallido de la gran recesión era «el más sólido de la comunidad internacional», según el expresidente Zapatero.
Grecia, Irlanda, Portugal... ¿España? La palabra rescate era demasiado para la cuarta economía de la zona euro, de ahí que se buscaron fórmulas 'ad hoc' para garantizar la solvencia del país y, por ende, la imagen política de un Gobierno con mayoría absoluta que no terminaba de carburar aturdido por una prima de riesgo disparada. Hubo rescate, sí, pero sólo a la banca, a ciertas cajas de ahorro como Bankia que provocaron un cráter que sigue bajo investigación judicial. En total, 41.300 millones de los 100.000 disponibles que llegaron a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Y como todo préstamo, rescate o ayuda condicionada (llámenlo como prefieran), la decisión adoptada aquel 9 de junio activó una amplia y compleja batería de exigencias comunitarias que desde entonces, de forma acelerada o a regañadientes, se han ido cumpliendo. Bruselas, la Eurozona (el dinero lo aportan los 17 estados del euro, no los 28 de la UE), tomaba el mando.
Comenzaban las clases de economía avanzada en un país en el que dos términos calaron muy hondo en todas las capas de la sociedad: troika y, en especial, hombres de negro, los temidos expertos de la Comisión, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo (la troika) que se acomodan en los ministerios de Economía para desnudar y examinar la situación de un país rescatado.
Afloraron los socavones en entidades como Bankia o Caixa Catalunya, arrancó la reestructuración del sistema financiero español a base de multimillonarias provisiones por la exposición al ladrillo -el objetivo era que sólo sobrevivieran las más fuertes-, se inyectaron 61.000 millones de ayudas públicas a través del FROB -incluidos los 41.300 de Europa-, se creó el llamado 'banco malo' para sanear los balances...
Un sinfín de complejas medidas estructurales que provocaron a su vez un desplome del crédito que llevó al cierre a miles de pymes y a recortes presupuestarios históricos. España se gastaba al año 80.000 millones más de lo que ingresaba -déficit del 8% del PIB- y esto era algo que sigue sin digerirse en Alemania. Los hombres de negro examinaban, Bruselas daba la orden y Madrid ejecutaba. Todo en un país al borde de los 6 millones de parados.
Cambio de rumbo radical
El peaje político ha sido muy elevado pero Rajoy y, sobre todo, el Ejecutivo comunitario se han agarrado a la mayoría absoluta del PP. «O cambiamos ahora o no lo hacemos nunca», vinieron a decir. Dieciséis meses después, el escenario ha cambiado de forma radical. No en la economía real, en el día a día de las familias y las pymes, pero sí en los datos 'macro', en las perspectivas internacionales que empujan a las inversores a volver a creer en España al ser mucho más competitivo -precios unitarios y salarios más bajos-.
El pasado 22 de abril, tras un consejo de ministros muy parecido a un funeral -tanto que incluso el expresidente Aznar salió a la palestra-, De Guindos admitió que el desplome del PIB podría triplicar lo estimado y Montoro, titular de Hacienda, reconoció que había que acomodarse a un escenario «peor» del previsto, ya de por sí pesimista.
Hoy, 13 de octubre, se habla de que España se librará del yugo del rescate a finales de año y de que no necesitará ni su prórroga -mantener activos los 59.000 millones no usados- ni quizá una línea de ayuda a modo de red de seguridad en caso de nuevas turbulencias de los mercados. Así lo quería Rajoy y así parece que sucederá, como confirmó el martes un alto funcionario del Eurogrupo. «No presionaremos a España, la decisión es suya. Hay un pacto tácito», puntualizó.
El acuerdo definitivo se tomará el 15 de noviembre, pero mañana y pasado, en Luxemburgo, los ministros de Economía de los 17 y los 28 (Ecofin) volverán a analizar los resultados del último examen de la troika -fue en septiembre- y la evolución del déficit español, fijado en el 6,5% para 2013 aunque hay muchas dudas sobre su cumplimiento.
Pero aunque De Guindos se salga con la suya y se coloque la medalla de haber convencido al Eurogrupo de que España, uno de los fuertes de la zona euro, ya puede caminar sola, los temidos hombres de negro seguirán visitando Madrid y no precisamente de vacaciones. Así lo dice la letra pequeña de las nuevas directrices comunitarias, como el llamado 'Two-Pack', que capacita a Bruselas a mantener al país bajo estricta vigilancia hasta que devuelva un 75% del dinero recibido, es decir, del orden de 30.000 millones. El mismo que según recoge el Memorando de Entendimiento (MoU) se recibió a un tipo de interés inferior al 3% con un plazo de devolución a 15 años.
La nueva etapa postrescate conllevaría, eso sí, algunos cambios. Por ejemplo, las visitas serían semestrales y no trimestrales, como ahora. Además, una troika en permanente crisis por las diferencias entre sus integrantes cambiaría su composición ya que el FMI, el mismo que recomienda bajar los sueldos un 10%, dejaría de venir relegando todo el peso en la Comisión y el Banco Central.
La normativa es clara. «La Comisión realizará en colaboración con el BCE misiones regulares de revisión para analizar su situación económica, fiscal y financiera», y además deberá decidir sobre «si son necesarias medidas correctoras»; sobre todo en lo relacionado al déficit. El adiós al rescate formal apenas significará un hasta luego de los hombres de negro. Europa prestó el dinero, Europa manda. El control continúa.
millones de euros fue el dinero que la Eurozona puso a disposición de España para sanear su sistema bancario.
millones es el dinero que España utilizó de la llamada 'línea de crédito', la cual expira a finales de año y no será renovada.