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Medalla conmemorativa del pontificado de Francisco y la errata con la 'L' grabada. :: R. C,
Sociedad

La mala letra de la Curia

El Vaticano retira una moneda conmemorativa de la elección del Papa Francisco por una errata en el nombre de Jesús

ANDRÉS JIMÉNEZ
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Las medallas conmemorativas de la elección del Papa Francisco tendrán que ser retiradas. Una errata ha tenido la culpa, y no se trataba de una minucia. Donde debía figurar grabada la 'I' de 'Iesus' (Jesús, en latín) aparecía la letra 'L'. El desaguisado ha echado a perder una buena cantidad de monedas, aunque las piezas defectuosas seguro que harán las delicias de los coleccionistas de rarezas.

Nadie podía pasar por alto la incidencia. Al fin y al cabo se trataba del nombre del Mesías y de quien fundó el cristianismo. Pasar por alto la impericia numismática hubiera sido, además de descortés, algo blasfemo.

Las medallas habían sido acuñadas por el Instituto Poligráfico y Zecca, del Estado italiano. Las monedas se pusieron a la venta el pasado 8 de octubre sin que nadie reparase en el yerro, que algunos ya han calificado de proporciones bíblicas. A raíz del desliz -un lapsus curial que juzgado por los psicoanalistas daría lugar a interpretaciones malintencionadas- inmediatamente se retiraron del mercado las monedas, salvo cuatro ejemplares que se vendieron con el error. La 'L' que se coló de rondón pertenecía a una leyenda en latín que dice así: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi sequere me». Se trata de la frase que inspiró al joven Jorge Mario Bergoglio cuando, con apenas 17 años, se sintió llamado por Dios. La sentencia figura en su lema episcopal y pontificio. «Lo miró con misericordia y lo eligió», reza el adagio. Rodeando el canto de la pieza estaban grabadas las palabras 'E civitate vaticana' y el número de la medalla.

En cualquier caso, las piezas, hecha con materiales tan nobles como el oro, la plata y el bronce, con un diámetro de 44 milímetros, no deslucen el trabajo de la diseñadora, Mariangela Crisciotti, cuya labor nadie impugna y que se conservará para acuñaciones posteriores, con el fallo ya subsanado.

Según algunas informaciones, de la moneda pueden haberse fabricado 400 trípticos, 200 ejemplares en oro, 3.000 en plata y otros 3.000 en bronce, todos ellos numerados, y que iban acompañados por un certificado de garantía y sellado por la Secretaría de Estado y la Casa de la Moneda.

Frente a lo que pudiera parecer, los cuatro compradores pueden ser los más afortunados de este aparente fiasco. El error de acuñación convierte lo que era un recuerdo en todo un tesoro. Un preciado botín que en una subasta seguramente suscitaría la codicia de los pujadores.

Nada más conocerse la noticia comenzaron a circular en las redes sociales chanzas con motivo de la errata. «Culpo a los lesuitas» y «Recemos a Lesus», decían algunos de los mensajes aparecidos en Twitter. Como sabe muy bien el actual Pontífice argentino, la Curia y los funcionarios vaticanos a veces escriben con renglones torcidos.