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MUNDO

La muerte vuelve a ensombrecer las costas de Lampedusa

R. C.
ROMA.Actualizado:

El canal de Sicilia, la ruta hacia la esperanza por la que se juegan la vida los inmigrantes que huyen de Somalia y Eritrea para llegar a las costas italianas, volvió a ser escenario ayer de una nueva tragedia. Una barcaza con al menos 250 personas zozobró y se hundió a unas 70 millas de Malta y 60 de Lampedusa, en aguas territoriales maltesas. A última hora de la tarde se había conseguido rescatar a 200 de sus ocupantes pero había más de 50 víctimas. Los equipos de salvamento habían recuperado 12 cadáveres, aunque a otras 40 personas, entre ellas varios niños, se daba ya oficialmente por desaparecidas.

La barca fue avistada hacia las 17.10 horas por un avión de vigilancia maltés, desencadenante involuntario de la tragedia, según destacó la prensa local. Al parecer,al verlo los emigrantes se movieron para hacer señales y desequilibraron la nave, que acabó hundiéndose. De inmediato las autoridades de La Valletta iniciaron una operación de salvamento con la ayuda de equipos de la Armada italiana. Tres buques del ejército llegaron en poco tiempo al lugar, mientras helicópteros malteses se encargaban de lanzar al mar lanchas autohinchables y salvavidas. Según apuntó la Guardia Costera italiana, más de 200 personas fueron transportadas a dos unidades de la Marina Militar, los buques 'Lybra' y 'Espero'.

El rescate se produjo con celeridad debido, sobre todo, a la intensificación de la vigilancia en el canal aprobada después de la tragedia de Lampedusa, a través de un dispositivo en el que participan dos navíos de la Marina militar italiana, una embarcación de la capitanía del puerto de Sicilia y una patrullera y dos helicópteros de Malta, país con el que Italia trabaja en plena coordinación, aseguraron las autoridades.

Esta nueva tragedia tiene lugar un día despúes de que se había dado por terminada la búsqueda de cadáveres en el fondo del mar tras el naufragio de un pesquero, el pasado jueves 3 de octubre, frente a las costas de Lampedusa, en el que murieron al menos a 328 personas, según las últimas informaciones.

El barco transportaba a más de 500 refugiados, en su mayoría eritreos, de los que sólo 155 sobrevivieron. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), «aparentemente entre 50 y 70 cadáveres todavía se encuentran en el mar».

El pasado jueves además había sido una jornada especialmente intensa para los guardacostas, que en una sola noche socorrieron a más de 500 emigrantes en el mismo Canal de Sicilia. Una primera operación permitió salvar a 210 personas que, a bordo de dos botes, habían lanzado un SOS a través de un teléfono vía satélite cuando todavía se encontraban en aguas libias. Un barco maltés los ayudó y los llevó a Trapani (Sicilia). Un buque con bandera de las Bahamas salvó por su parte a 118 emigrantes que fueron llevados a Puerto Empédocles, otro puerto siciliano. Y dos embarcaciones, con 65 y 110 emigrantes a bordo, respectivamente, fueron inspeccionadas por un barco de la Marina, que recurrió a un remolcador para recuperar a los refugiados y llevarlos a Siracusa.

Italia había pedido que la tragedia de Lampedusa sirviese a la Unión Europea para «abrir los ojos» y afrontar con solidaridad el fenómeno de la inmigración y, ante ello, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró ayer que «el problema de Italia tiene que ser percibido como un problema de toda Europa». Por su parte, el primer ministro de Italia, Enrico Letta, explicó que la CE e Italia pedirán que el tema de la inmigración se aborde urgentemente en el próximo Consejo Europeo del 24 y 25 de octubre.

Este fue también el tema central de la reunión mantenida ayer por el presidente del Parlamento europeo, el alemán Martin Schulz y el papa Francisco, en la biblioteca del Palacio Pontificio. El presidente del Parlamento europeo aseguró que «ante esta problemática, la UE debe seguir una doble estrategia: primero, asegurar la protección temporal de estas personas y segundo, dar pasos para mejorar la situación en sus países de origen».