El Gobierno suaviza el portazo del PP a la propuesta de Camacho sobre Cataluña
Rajoy responde a CiU en el Senado que plantará cara a la «verdad oficial» de la Generalitat y niega con ímpetu que discrimine a los catalanes
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno salió en auxilio de Alicia Sánchez-Camacho después del severo rapapolvo propinado por el PP y los barones territoriales. El Ejecutivo intentó evitar que la mujer que más votos ha conseguido para el PP en unas elecciones autonómicas catalanas pasara de heroína a villana en menos de 24 horas a causa de una propuesta que lleva más de un año encima de la mesa del ministro Cristóbal Montoro. El Gobierno intentó poner paños calientes ayer al portazo que dio el lunes el partido a la propuesta de la presidenta de los populares catalanes, que abogó por reconocer la «singularidad» de Cataluña en el futuro modelo de financiación autonómica y, además, limitar la aportación que los catalanes hacen a la caja común del fondo de solidaridad
La Moncloa ordenó hacer un recuento de daños y buscó fórmulas para recomponer la situación tras las airadas críticas que cosechó la iniciativa de Sánchez-Camacho entre varios presidentes autonómicos del PP. El encargado de poner árnica fue el ministro de Hacienda. «Ni toca ni conviene», repitió hasta la saciedad Cristóbal Montoro cada vez que le interpelaron, tanto en sede parlamentaria como en los pasillos del Senado, por la fórmula que defiende Sánchez-Camacho para mejorar la financiación de Cataluña. El ministro no valoró el fondo de las sugerencias de sus compañeros de partido en Cataluña, pero reconoció que conocía esta iniciativa desde hace un año y medio, de hecho fue aprobada en el congreso del PP de Cataluña de 2012. Montoro insistió en recalcar que el Gobierno de Mariano Rajoy no hará nada que rompa la solidaridad entre españoles, pero dejó abierta una rendija para analizar la vía del PP catalán, junto con el resto de propuestas que hagan el resto de comunidades. Eso sí, en 2014, que es cuando toca.
Sin embargo, una vez más quedó de manifiesto la falta de coordinación entre los dos grandes ministerios económicos del Ejecutivo a la hora de afrontar un tema espinoso. Mientras que Montoro avanzó que las balanzas fiscales, claves para conocer cuánto aporta y cuánto recibe cada territorio autonómico al conjunto del Estado, se conocerán a final de año y que el modelo de financiación no comenzará a negociarse hasta el año que viene, «en un contexto -apuntó Montoro- de crecimiento económico»; Luis de Guindos, ministro de Economía, desveló que las balanzas fiscales y la propuesta gubernamental del nuevo modelo de financiación autonómica se conocerán en marzo.
No solo el Gobierno rebajó el tono. La propia Sánchez-Camacho, aunque aseguró no sentirse derrotada ni despechada, entonó el mea culpa y aseveró que tal vez su partido no haya sabido explicarse. Recalcó que, en ningún caso, los populares catalanes defienden un modelo bilateral de financiación, ya que «nuestro modelo garantiza la igualdad de todos los españoles», acotó.
El 'bajonazo' que la Moncloa quiso darle a la polémica no caló en algunos barones del PP. El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, declaró que su compañera sufría una especie de «síndrome de Estocolmo» con el independentismo catalán.
Pedagógico
Mariano Rajoy eludió la polémica sobre el modelo de financiación y optó por plantar cara a la «verdad oficial» de CiU. Un primer paso de la campaña de pedagogía que tanto el Gobierno como el PP quieren desarrollar en Cataluña para echar por tierra lo que consideran eslóganes falsos de los separatistas como que «España roba» a los catalanes.
El jefe del Ejecutivo, durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, negó que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 discriminen a Cataluña, como defendió el senador de CiU, Josep Lluis Cleris, quien acusó al PP de llevar a su comunidad a «un túnel sin salida».
Rajoy recalcó que el Estado invertirá más de 1.400 millones de euros en 2014 y rebatió que desde Madrid se atacara al catalán en las enseñaza o en cualquier otro ámbito. «Esa es la verdad, esa es mi verdad y lo digo aquí, en sede parlamentaria porque la gente también tiene derecho a escuchar otras verdades distintas a la oficial», enfatizó el presidente del Gobierno.