Economia

El FMI mejora su previsión de PIB para España pero empeora la del paro en 2014

El organismo internacional es más pesimista que el Gobierno y pronostica que la economía crecerá solo un 0,2% y el desempleo se situará en el 26,7%

WASHINGTON. Actualizado: Guardar
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Siguiendo el guión de los últimos meses, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se muestra más pesimista que el Gobierno en el alcance de la recuperación de la economía española, pese a haber mejorado tímidamente sus previsiones. El organismo que dirige Christine Lagarde rebajó ayer del 1,6% al 1,3% su pronóstico de caída del PIB para este año (que coincide con las últimas estimaciones de la Moncloa) y mejoró en dos décimas, del 0% al 0,2%, su previsión de crecimiento de la economía española en 2014. Precisamente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, subrayó ayer en el Senado esta mejora de dos décimas para contestar al senador del PSOE Marcelino Iglesias sobre cómo notarán los ciudadanos la recuperación económica. Aunque Rajoy insistió en que el año próximo será el de la recuperación, la previsión del Fondo Monetario a lo que apunta es a un estancamiento de la economía. El 0,2% de crecimiento está lejos del 0,7% incluido en los Presupuestos Generales del Estado, y que es también la previsión que hace el consenso de los 19 principales departamentos de análisis económicos recogidos en el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

Pero lo peor es que la mejora en la evolución de la economía que hace el Fondo no se traduce en un alivio en la tasa de paro de cara al próximo año, sino todo lo contrario. En la actualización de sus previsiones mundiales, presentadas ayer en Washington en el marco de su asamblea de otoño, el FMI reduce en una décima -del 27% al 26,9%- su pronóstico de desempleo para este año -la previsión del Gobierno es del 26,6%- pero empeora en dos décimas su estimación para 2014, que pasa del 26,5% al 26,7% (la de Moncloa es del 25,9%).

Las malas noticias no son solo para España. El organismo también empeora tímidamente sus previsiones para el conjunto de la zona euro, poniendo en duda la solidez de la recuperación de la crisis de la deuda europea, que liderarían Alemania y Francia. Aumenta del 0,3% al 0,4% la caída estimada del PIB de los 17 países del euro en 2013, y reduce del 1,1% al 1% el crecimiento vaticinado para 2014. En cuanto al desempleo, apenas varía sus previsiones (del 12,2% en 2014).

El mayor pesimismo del FMI salpica también al resto del mundo. «El crecimiento global se encuentra todavía en una marcha baja», sostiene el informe, que vaticina un crecimiento mundial promedio del 2,9% en 2013, por debajo del 3,2% registrado en 2012, que aumentaría al 3,6% en 2014. «La recuperación continúa pero demasiado lentamente», advirtió el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard. De hecho, el organismo ha reducido en dos décimas -del 2,2% al 2%- su pronóstico de crecimiento de las economías avanzadas en 2014, sobre todo por la incertidumbre en la zona euro y el frenazo en los países emergentes.

El documento apenas hace referencias a la situación de la economía española, sino que se centra en un análisis global de la zona euro. El diagnóstico es que la mejoría es innegable, pero que esta es alarmantemente frágil con un crecimiento «muy débil».

Tensiones sociales y políticas

«El desempleo es muy alto y las tensiones sociales y políticas están perjudicando el ritmo de reformas en la zona euro», advierte el FMI, que pone deberes a los gobiernos. Considera «esencial» restaurar la «salud» del sector financiero y reforzar su infraestructura, así como impulsar medidas a corto plazo que fomenten la demanda interna y «reformas estructurales más profundas para aumentar la competitividad y el potencial de producción para el crecimiento y la creación de empleo». El Fondo atribuye la leve mejora de la economía europea a la relajación del «ritmo» de reducción de los déficits públicos, pero a su vez advierte de que, pese a esta flexibilización, «la consolidación fiscal sigue pesando sobre la actividad a corto plazo» y de que «la escasez del crédito la ha enfriado», especialmente en los países considerados periféricos, como España. Por todo ello, sugiere que las metas de déficit podrían volverse a relajar si el crecimiento es menor del previsto.

En el ámbito laboral, aboga por una mayor «flexibilización» de la legislación laboral, y en el bancario sigue alertando de la fragmentación del mercado financiero -que mantiene las amplias diferencias del coste de un crédito en el seno de la zona euro-, por lo que insta al Banco Central Europeo (BCE) a ser más agresivo. Finalmente, pide que se avance en la unión bancaria pero desconfía de ello. De hecho, para el Fondo el «principal riesgo» es el incumplimiento de los compromisos políticos de los países europeos y la ausencia de reformas. Todo ello, advierte, genera un «alto riesgo de estancamiento» y que, a corto plazo, vuelvan las tensiones a los mercados y, a medio plazo, se produzca una «pérdida de producción potencial por efectos de la histéresis», es decir, por la dificultad en reducir la tasa de desempleo.