Senén Pousa: un franquista sin complejos
El alcalde del orensano municipio de Beade encadena mayorías absolutas desde 1974 pese a exhibir con orgullo su simpatía hacia el dictador
MADRIDActualizado:Tiene en su poder el carnet número uno de Alianza Popular en Orense y se reconoce como fiel admirador de Manuel Fraga Iribarne. Pero el veterano alcalde de Beade no ha destacado por su lealtad a la formación conservadora. El despacho consistorial que lleva ocupando desde 1974, gracias a una sucesión de incuestionables mayorías absolutas, está presidido por un retrato de generoso tamaño del general Francisco Franco. Por si fuera poco, cada vez que recibe una llamada, su teléfono entona sin complejos las notas del 'Cara al Sol'. Y es que Senén Pousa es un franquista a plena luz. De aquellos que pararon el reloj hace cuatro décadas y no entienden que haya que disimular tan férreas convicciones.
En esta pequeña villa orensana viven apenas medio millar de vecinos. Desde la primera victoria de Pousa, su población se ha reducido a la tercera parte. Y paradójicamente su presencia en los medios ha ido en progresivo aumento gracias a la peculiaridad del edil, que hoy tiene 74 años. Entre sus decisiones más controvertidas estuvo la de organizar cada 20 de noviembre una misa en recuerdo al dictador. Pese a las continuas protestas de la oposición, que le acusa de "hacer apología del fascismo", continúa recibiendo un amplio respaldo de su pueblo.
Su despacho es un santuario que ilustra varias décadas de historia española. Aunque la imagen de Franco, vestido con capa y bastón de mando, protagoniza la estancia, sobre su escritorio descansa una pequeña instantánea del expresidente del Gobierno, José María Aznar, dedicada de su puño y letra. Quien ni está ni se le espera es el Rey Juan Carlos. Senén Pousa es un franquista de la vieja escuela y proclama abiertamente su recelo hacia los Borbones, en la línea de un verdadero 'camisa vieja'.
El resurgir en los últimos meses de cierto regusto 'nostálgico' entre algunos sectores del PP por la aparición de imágenes de militantes de ayer y hoy junto a emblemas del pasado, sobre los que pesa la amenaza de la expulsión, no parece inquietar a Pousa, que no se da por aludido. "El franquismo murió con Franco, así que no creo que su foto colgada moleste a nadie. El día que yo me marche de aquí, sacaré todas las cosas", zanja el polémico regidor.