El Thyssen traza el mapa surrealista
El museo Thyssen explora la fecunda relación del surrealismo con el mundo onírico en una muestra que reúne casi dos centenares de piezas de los grandes del movimiento
MADRIDActualizado:"Bienvenidos a la república de los sueños". Guillermo Solana, conservador jefe del museo Thyssen-Bornemisza, saluda así a los visitantes de 'El surrealismo y el sueño', la primera gran muestra monográfica que explora la profunda, obvia y fecunda relación entre el movimiento surrealista y el mudo onírico. Reúne 163 obras de los grandes maestros surrealistas -André Breton, Salvador Dalí, Paul Delvaux, Yves Tanguy, Joan Miró, René Magritte, Max Ernst, André Masson, Jean Arp o Man Ray entre muchos otros-, en una selección del filósofo y crítico de arte José Jiménez. Es el comisario de una gran muestra que toma el relevo de la que el Reina Sofía dedicó a Salvador Dalí y que coincide con la que la Fundación Juan March dedica a la raíces del surrealismo. Un circunstancia que convierte a Madrid una vigorosa capital surrealista casi cien años después del manifiesto fundacional de este poderoso y sugerente movimiento que sigue atrayendo a las masas.
Un 'ismo' que no es no es solamente un movimiento artístico más, "sino una actitud ante la vida que tiene su clave principal en la visión de imágenes interiores a las que se llega por el flujo del deseo", según el comisario. "Vivir es soñar y no se puede renunciar al sueño" asegura José Jiménez, que propone "un itinerario en espiral, con claves de lectura en tono al denominaciones poéticas en una exposición que reparte conocimiento y placer".
Jiménez ha distribudo la ambiciosa muestra en ocho secciones que evidencian la multidisciplinaridad de un movimento "que no se atiene a las jerarquías de los soportes" en la que la pintura, la escultura, los objetos, la fotografía y el cine "conviven con naturalidad en el primer movimiento multimedia de la historia". Con la pintura, la escultura y la foto conviviven siete proyecciones cinematográficas de hitos del surrealismo, de la 'La edad de oro' o 'Un perro andaluz' de Buñuel a 'Recueda' de Hitchcock con decorado daliniano o 'Deseo' de Max Ernst.
Los planteamientos surrealistas influyeron de manera decisiva en todo el arte posterior y conformaron la sensibilidad contemporánea, de modo que exposición "pretende mostrar que esa huella tiene su raíz más profunda en la vinculación surrealista entre el sueño y la imagen", según el comisario. Un movimiento que "nació en la crisis de entreguerras, que mantiene su viveza a lo largo del siglo XX y que hoy se entiende a la pefección desde e la crisis economica de valores políticos, sociales y creativos en la que vivimos" resume José Jiménez.
Presta una atención muy especial a las mujeres, que por primera vez en la historia juegan un papel crucial en el arte. Reúne así piezas de once creadoras, de pìnturas de la recién fallecida Ángeles Santos a fotogafías y collages de Meret Oppenheimer y Dora Maar y óleos de Remdios Varo, Leonora Carrington, Dorotea Tanning o Leona Delcort.
Tres años de intenso trabajo han sido necesarios para una muestra que ha obtenido importantes préstamos de grandes museos y colecciones privadas de todo el mundo. Se concibió para compartir espacios en las salas de de Caja Madrid, pero la crisis arruinó la larga y fructífera colaboración del Thyssen con la fundación de la entidad de ahorro en la era Rato, de modo que su presupuesto incial de un millón de euros se quedó en apenas 750.000. Se decidió, con todo, mantener la ambición de la propuesta inicial y no recortar un muestra que ocupa dos plantas en el museo Thyssen, algo insolito para sus exposicines temporales.