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MUNDO

Lampedusa acentúa las carencias de la UE

Italia exige a Bruselas que extreme el control y la Comisión recuerda que la competencia es de los Estados miembros

ADOLFO LORENTE CORRESPONSAL
BRUSELAS.Actualizado:

El mundo entero llora la tragedia de Lampedusa exigiendo justicia y medidas urgentes para que «vergüenzas» como la del jueves, en palabras del Papa, jamás se repitan. Ni con 300 muertos ni con uno. Toca buscar culpables de lo ocurrido y en este cometido, la Unión Europea siempre suele llevarse la peor parte. «Es así, Bruselas siempre tiene la culpa de todo», ironizaban ayer fuentes diplomáticas de toda solvencia, que a pesar del drama vivido no esperan acuerdos inminentes de calado en esta materia más allá de declaraciones políticas al más alto nivel en el consejo de ministros de Interior y Justicia que la semana que viene se celebra en Luxemburgo. «Ahora domina el 'shock', pero cuando llegue el frío, el asunto se enfriará. Es duro pero es así. Al final siempre es un problema de dinero, que lo ponen los países», recalcaron.

Todos miran a la UE convencidos de que algo falló, de que se puede hacer mucho más para evitar tragedias de esta dimensión extremar el control de las fronteras. Y no solo organizaciones humanitarias como SOS Racismo, ACNUR o Cáritas, también el propio Gobierno italiano, que pese a su más que controvertida legislación sobre la ayuda a inmigrantes sin papeles en alta mar -los pescadores están atados de pies y manos-, se lavó ayer las manos y echó la pelota en el tejado de una Unión indignada y a la defensiva.

En una comparecencia en el Parlamento, el viceprimer ministro y titular de Interior, Angelino Alfano, advirtió de que naufragios como el sufrido no será «la último». «No hay ninguna razón para pensarlo», lamentó al tiempo que instó a Bruselas a decidir «si protege sus fronteras. Algo que significa proteger a sus ciudadanos, pero también proteje de la muerte a los que las cruzan».

Alfano, en este sentido, también defendió una cooperaración «más estrecha con los países de origen y sus fuerzas del orden» para erradicar el problema desde el inicio, combatiendo las mafias que empujan a miles de personas hacia la muerte, como antaño hacía Silvio Berlusconi con Gadafi en Libia.

«¿Podemos hacer más?»

Pero Bruselas, el fortín de la mesura y la excesiva corrección política, se salió del guión decidida a no cargar con una pesada losa que a su juicio no le corresponde. «Es inaceptable decir que la Comisión Europea no ha hecho nada o no ha hecho lo suficiente para evitar tragedias como la de Lampedusa», enfatizó el portavoz de Interior, Michele Cercone, en una de las comparecencias diarias más subidas de tono que se recuerdan en el edificio Berlaymont, centro de operaciones del corazón comunitario.

Cercone, una de las manos derechas de la beligerante comisaria Cecilia Malmström, recordó a las autoridades italianas que la gestión y control de las fronteras es «competencia exclusiva de los Estados miembros», aunque Bruselas puede darles apoyo si así se lo piden. En este sentido, remarcó que existe una obligación de socorro en alta mar según el derecho marítimo internacional por el que se debe auxiliar a un buque a la deriva, si bien ha evitado pronunciarse sobre la norma italiana que castiga la ayuda a un inmigrante irregular con el argumento de que «no es competencia comunitaria», tirando del manual comunitario.

«Cada vez que hemos sido contactados por un país que nos ha pedido ayuda para el control de sus fronteras y la llegada de refugiados, hemos respondido en la medida de nuestros recursos y de nuestras competencias. Hemos mejorado muchas cosas, pero ¿puede hacerse más?», deslizó en una soterrada crítica hacia un modus operandi que para muchos da excesivo protagonismo a los países. Y es que eso de los Estados Unidos de Europa, la cesión de soberanía nacional, no se estila mucho aún por Bruselas.

Cercone, pese a todo, hizo una cerrada defensa de los pasos dados hasta la fecha puesto que Frontex «ha salvado la vida de 16.000 personas en el Mediterráneo en los últimos dos años». Su presupuesto para este ejercicio es de 85 millones, de los que 50 han ido a parar a misiones operativas, incluidas dos aún en marcha para ayudar a Italia, una en colaboración con Malta y otra, con Grecia. El próximo paso será la entrada en vigor de Eurosur el 2 de diciembre, una mecanismo destinado a la cooperación entre países poniendo en valor todas sus armas. La mano derecha de Malmströn sí reconoció, no obstante, que los recursos de la agencia son cada año más reducidos pese a que las peticiones de asistencia de los Estados aumentan.