Se nos apagó la luz
Actualizado: GuardarEn el verano de 1998 el IAJ convoca a los colectivos vecinales en el centro náutico de la Barriada de la Paz, para exponer el interés de la Junta por construir un albergue juvenil en la única capital de provincia que, aún hoy, carece de este tipo de equipamientos. El Ayuntamiento les ofertó tres espacios, pero sus dimensiones resultaban insuficientes. Enfrascados como estábamos en la transformación del barrio y con las metas puestas en la superación del secular aislamiento, la recuperación del borde marítimo y la sustitución de industrias tóxicas por otras más saludables, nos faltó tiempo para apuntar que, en lo que todavía eran suelos de Campsa, surgiría un espacio urbano capaz de acoger la instalación que se nos proponía y cuya actividad podíamos adivinar en el nuevo modelo de barrio por el que luchábamos. Hasta aquí llegarían jóvenes de distintas latitudes europeas y ese trasiego nos aportaría el dinamismo social y económico que tanto precisábamos. Ya lo veíamos y aún se estaba desmantelando el último de los 23 gigantescos bidones de combustible; más claro resultó cuando, dos meses más tarde, caía el muro de la emblemática empresa y nos abríamos a la Bahía. El solar que acogería al futuro albergue formaría parte del terreno resultante de la intervención de Administraciones Públicas diversas. Unas tendrían que desafectarlo de su competencia en beneficio de las otras y así hasta llegar a ceder la titularidad al Ayuntamiento y éste hacerlo a su vez en favor de la Junta. Nos implicamos en la tarea de impulsar el arduo proceso. Sostuvimos encuentros con Costas, Autoridad Portuaria, Medio Ambiente y hasta con el propio Ministerio, manteniendo la coordinación puntual con el IAJ y el Ayuntamiento, además de con los grupos políticos municipales. Durante los diez años que duró la compleja operación, logramos mantener vivo el interés por el proyecto. Y finalmente se hizo el milagro; en junio de 2008 el pleno municipal acuerda ceder a la Junta los 1.400 m2 solicitados.
Entendíamos que partir de ahí ya todo sería coser y cantar. Presentación del proyecto que se hizo el último día de julio de 2010. El nuevo albergue estaría dedicado a la luz –atinada denominación que bien resume la ilusión ciudadana generada– las obras comenzarían en la primavera y entraría en funcionamiento en 2013.
Sin embargo, la luz que el albergue estaba llamado a irradiar se nos apagó de golpe el pasado 28 de septiembre cuando el Ayuntamiento –ante la retirada de la Junta– reclama la reversión de los terrenos. Se nos quedó la ‘cara partía’ y la mirada fija en un solar ahora inútil y abandonado sobre uno de los más hermosos parajes de la ciudad.