El sacerdote René-Sébastien Fournié practicando surf. :: GAIZKA IROZ / AFP
Sociedad

Predicando sobre las olas

Un párroco de Biarritz, 'el capellán surfero de la costa vasca', recluta feligreses con neopreno y alzacuellos

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Cuando el obispo de su diócesis le propuso predicar el Evangelio entre los surfistas, René-Sébastien Fournié, párroco de Biarritz, pequeña y coqueta villa vascofrancesa de gran tradición surfera, lejos de quedar desconcertado decidió entregarse a conciencia a la misión encomendada. Ni corto ni perezoso, el sacerdote se hizo con una tabla, se enfundó en un traje de neopreno y emprendió camino hacia una playa local, en las aguas del golfo de Vizcaya, dispuesto a reclutar fieles entre las olas. Una imagen poco asociada a un sacerdote, pero que sin embargo, para sorpresa de los más ortodoxos, ha obtenido exitosos resultados.

Su peculiar e insólita historia es de sobra conocida entre sus feligreses, que se refieren a él como 'el capellán surfero de la costa vasca'. Desde que hizo sus pinitos en este complejo e impresionante deporte su fama no ha hecho más que crecer. Y no solo entre personas devotas. Fournié, con 39 años y apenas seis de servicio religioso, afirmaba con orgullo en julio de este año que su incursión playera no había pasado desapercibida entre los apasionados de este bello deporte, que pasaron del asombro inicial a la complicidad. Y de las playas a las homilías. «El diálogo se desarrolló rápidamente», afirma con orgullo este religioso, que destaca de los surferos su «profundo respeto por la naturaleza y sus leyes». Por eso, Fournié presume de que algunos de los jóvenes con los que desafía la virulencia de las aguas del Atlántico cada día son ahora asiduos a sus oficios eucarísticos. Y es que los caminos del Señor son inescrutables.

Pero detrás de esta captación de fieles hay muchas horas de práctica y entrenamientos sobre las olas de este innovador sacerdote. Reconoce que tuvo que trabajar duro y con seriedad durante todo un año para perfeccionar su técnica con la tabla y no ser absorbido por las aguas a las primeras de cambio. «Al principio sentí miedo, aunque desde pequeño he practicado deportes como la esgrima o el esquí», asegura Fournié. Una vez se vio capaz de cabalgar con soltura sobre las olas decidió cumplir con el mandato de su superior y empezar a predicar.

Sin embargo, por insólita que resulte la imagen de un surfero con alzacuellos, Fournié no se caracteriza por sus opiniones aperturistas dentro de la Iglesia. Más bien al contrario. Y es que el capellán que surca las olas participó activamente en las movilizaciones que, durante el pasado verano, abarrotaron las calles de París en protesta contra la regulación del matrimonio homosexual por parte del Gobierno de François Hollance. Aunque sea entre olas, el relato del sacerdote galo parece confirmar el manido dicho castellano sobre que el hábito no hace al monje.