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Fabra, durante su declaración de ayer y detrás, esposado, el empresario Vilar, quien denunció al exlíder del PP de Castellón. :: ÁNGEL SÁNCHEZ / EFE
ESPAÑA

El empresario que denunció a Carlos Fabra en 2003 ahora lo exculpa

El exsocio dice que mintió por venganza y el expresidente de la Diputacion admite que recibió pagos de él «por otros conceptos»

ALEJANDRO MARTÍ
CASTELLÓN.Actualizado:

El juicio a Carlos Fabra dio ayer un extraño vuelco en su segunda sesión. El empresario y socio que denunció y destapó el caso, Vicente Vilar, aseguró que la denuncia que interpuso contra Fabra en 2003 se basaba en mentiras y que lo hizo movido por «un cabreo» contra el expresidente del PP en Castellón. Vilar, en una dispersa declaración, dijo: «Carlos (Fabra) no merece todo esto».

El empresario dijo que presentó la denuncia motivado por la venganza. Vilar y Fabra fueron amigos hasta que el primero se divorció de su mujer, Montserrat Vives, en un convulso proceso de separación en el que el empresario fue acusado y condenado a diez años de cárcel por violación a su pareja. Ayer, con lágrimas en los ojos, dijo que hizo la acusación, «no por fastidiar a Carlos Fabra, sino para que la justicia tuviera en cuenta todo lo que había alrededor de la denuncia de la violación».

Vilar, que cumple condena y declaró esposado, culpó de todo a su exmujer y a la exmujer de Fabra, María de los Desamparados Fernández, a las que llamó «codiciosas». La defensa del empresario hizo un interrogatorio centrado en la tesis de exculpar a Fabra y de la venganza. «Cuando mi mujer me denunció por violación, llamé a Carlos y todavía estoy esperando a que me diga algo», se quejó.

Esta declaración podría minimizar los delitos de tráfico de influencias y cohecho, penados con cinco años, pero no afectaría a los ocho años de cárcel que la Fiscalía, acusación popular y Abogacía del Estado solicitan por cinco delitos fiscales. Hacienda cifra en más de dos millones de euros las cantidades no declaradas, que supondrían haber defraudado más de 800.000 euros.

Vilar dijo a preguntas de la Fiscalía que su mujer hizo entrega a la exesposa de Fabra de 180.000 euros y una segunda entrega de 150.000 euros. «La primera la hizo en un maletín negro y la segunda no lo vi, me lo dijo ella porque se lo llevó a su casa de Oropesa», declaró.

Admitió haber visitado con Fabra despachos ministeriales e incluso el palacio de Moncloa y también aceptó «que claro que le he dicho a Fabra que repartía maletines de dinero en los ministerios, a él y a más gente». Su exculpación de Fabra llegó al punto de negar que pagara algo al exlíder de los populares de Castellón por las gestiones ante altos cargos del Gobierno de Aznar.

El cambio de versión también fue más allá en este apartado, ya que Vilar mantuvo que las reuniones con ministros no tuvieron nada que ver con la legalización de los fitosanitarios, puesto que «llevaba ya muchos años tramitando los permisos y se aprobaron de manera legal». Además, dijo que Celia Villalobos, por entonces ministra de Sanidad, apenas les dejó hablar «y Fabra ya me había advertido que no dijera nada de los fitosanitarios porque ella tenía muy mala leche».

Conocer la Moncloa

El expresidente de la Diputación respondió a las preguntas de la Fiscalía, que apenas incidió en los cuatro delitos fiscales de los que se le culpa. El acusado reconoció que había llevado a Vilar a alguna reunión con ministros «como cortesía», pero que jamás interfirió para que se aprobaran ni agilizaran los productos fitosanitarios. «El señor Vilar tenía ilusión por conocer la Moncloa y yo no se la quería quitar», dijo.

Fabra confesó haber cobrado del empresario, pero por «por otros conceptos». También mantuvo que jamás vio entrega de maletines en ningún despacho. «Eso no me lo he creído nunca y ahora menos».

El exlíder del PP castellonense intentó convencer al tribunal de que «nunca» traficó con influencias y «le acompañaba a sitios (a Vilar) porque era mi amigo». Señaló que visitó hasta 50 veces el palacio de la Moncloa en la era Aznar, pero para exigir infraestructuras, incluida el aeropuerto sin aviones.

Fabra, quien no quiso contestar a la acusación popular ni a la Abogacía del Estado, defendió a su exesposa y puntualizó que él «llevaba la voz cantante, ella sólo firmaba». Una versión que luego abundó la propia Fernández ya que «no tenía demasiado interés» en el dinero.