Un paso atrás que ojalá sea excepción
Los datos del desempleo del pasado mes ofrecen en Cádiz el mayor incremento de paro de Andalucía, pero marcan el mejor septiembre en muchos años
Actualizado:Por más que sea esperado, por estacional, resulta un jarro de agua fría cuando el nivel ya llega al cuello. La provincia de Cádiz, como Andalucía y España, había encadenado seis meses de bajadas consecutivas de sus tasas de desempleo. La irrupción de septiembre, la temida finalización de la temporada alta del sector de servicios turísticos, ha roto esa tendencia. Era previsible y los datos son los menos malos de todos los meses de septiembre desde hace casi una década. Pero eso no es consuelo. El crecimiento del desempleo en la provincia durante los tres últimos años, su tasa actual, incluso con la leve mejoría, es suficiente para encender todas las alarmas de la sociedad gaditana. Si es que aún tiene fuerzas para encenderla. Cualquier colectivo que sufriera un desempleo por encima del 30% debe vivir en una alerta constante, sin paños calientes, hasta que esa cifra descienda, como mínimo, a la mitad. El sostenimiento de unos niveles de paro tan altos supone un desgaste brutal para una sociedad, tanto en gastos sociales como en exclusión y llegada a la pobreza de ciudadanos de clase media que jamás temieron conocerla.
Con este argumento por delante, cualquier euforia anterior estaba descartada y cualquier conformismo actual parece injustificada. El único suceso que puede hacer olvidar este paso atrás de septiembre es convertirlo en excepción. Si a partir de octubre se vuelve a la senda del descenso, cabrá concebir algunas esperanzas y podrá decirse que simplemente fue un retroceso, fruto de la estacionalidad de la economía gaditana, para coger fuerzas en el camino de la recuperación. Si, en cambio, hay empeoramiento, o mejora levísima, los ciudadanos tendrán motivos para pensar que la salida de la pesadilla del paro se hace eterna.