La Policía apunta a que la bomba del Pilar fue colocada por radicales anarquistas
El artefacto casero, que estalló bajo el órgano, rompió bancos pero no causó heridos pese a que solo faltaba un cuarto de hora para la misa
MADRID.Actualizado:La Policía trabaja con la idea de que la bomba de escasa potencia que ayer estalló en la basílica del Pilar de Zaragoza sin causar heridos fue colocada por alguno de los grupúsculos radicales anarquistas que en el último año han protagonizado en España otros seis atentados con explosivos. Los principales sospechosos, aunque las pesquisas no descartan todavía línea alguna de investigación, son dos colectivos de extrema izquierda, al menos uno de ellos con conexiones con otros grupos violentos de acción directa que actúan en Grecia e Italia.
Uno de los sospechosos es el denominado 'Comando Insurreccionista Mateo Morral', que adoptó su nombre en recuerdo al terrorista que trató de matar a Alfonso XIII y a su esposa en 1906, el día de su boda, y que el pasado 7 de febrero colocó una bomba casera, compuesta por pólvora y tornillos, junto a un confesionario de la catedral madrileña de La Almudena, pero que pudo ser desactivada por la Policía antes de la hora en que estaba programada para estallar.
El segundo grupo sospechoso, que se denomina 'Club de Artesanos del Café para sus Nuevos Usos (ocasionalmente espectacular). Grupo Anticlerical para el Fomento del Uso del Juguete Sexual', se reclama miembro de la Federación Anarquista Informal-Frente Revolucionario Internacional (FAI-FRI), grupo terrorista de origen italiano.
Este colectivo dijo ser el autor del envío en enero pasado de dos paquetes bomba que contenían consoladores con explosivos y que iban destinados al obispo de Pamplona y al director de un colegio madrileño regentado por los Legionarios de Cristo. El primero fue desactivado por la Policía y el segundo causó heridas leves a una empleada de Correos cuando lo clasificaba. El mismo colectivo se atribuyó la explosión de otra bomba casera, en este caso fabricada con una cafetera, en una sucursal bancaria de Barcelona el 20 de diciembre de 2012.
Una bombona de cámping
Los investigadores analizaron ayer la composición del explosivo, elaborado con una bombona de cámping gas, en busca de vínculos con anteriores atentados; comprobaron la inexistencia de cámaras en la basílica del Pilar y en la plaza aledaña que pudieran haber grabado a los terroristas que colocaron la bomba; e interrogaron a buena parte de los turistas, feligreses y viandantes que presenciaron la explosión por si podían aportar pistas sobre los autores.
El artefacto de escasa potencia colocado en la nave central de la basílica, bajo el órgano, provocó una sonora explosión que destrozó media docena de bancos y llenó de humo y polvo la iglesia, pero no causó heridos más allá de molestias en el tímpano a una anciana.
En el interior de la basílica había en ese momento, las 13.50 horas, varias decenas de personas, pero ninguna junto al explosivo. No obstante, la detonación pudo haber tenido consecuencias personales porque un cuarto de hora más tarde se iba a celebrar una misa.