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El primer ministro británico, David Cameron, en la conferencia de los conservadores. :: REUTERS
Sociedad

David y Boris hacen un 'zapatero'

El primer ministro británico y el alcalde de Londres repiten el error del expresidente con el café al no saber el precio del pan y la leche

S. PEREA / D. ROLDÁN
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Corría el año 2007. La crisis no era siquiera un espejismo. José Luis Rodríguez Zapatero, inquilino de la Moncloa en aquel momento, accedió a someterse a un ejercicio de cercanía al votante. Durante cerca de dos horas se puso a disposición de un centenar de ciudadanos anónimos para responder a toda clase de preguntas en horario de máxima audiencia. Pero el presidente no esperaba que una de las que podrían ser más insustanciales terminaría provocándole un serio dolor de cabeza. Ahora se ve que los políticos no aprenden de la experiencia ajena. El lunes, el alcalde de Londres, Boris Johnson, cayó en la misma trampa, aunque su reacción fue bien distinta.

Durante su intervención en el programa 'Newsnight', que desde hace tres décadas aborda diariamente la actualidad política británica, el edil encajaba como podía los golpes que le reprochaban una posición demasiado alejada de su electorado. Los contertulios le acusaban de desconocer el impacto real que la austeridad económica tenía entre los ciudadanos. En ese instante llegó la pregunta de marras: ¿sabe el alcalde de Londres cuánto cuesta una pinta -algo más de medio litro- de leche?

La reacción que tuvo Johnson, en pleno 'prime-time' del segundo canal de la BBC, fue un alarde de altivez. «No sé lo que cuesta una pinta de leche. ¿Y qué?», indicó el peculiar alcalde conservador.

Pero no solo el expresidente español y el alcalde de la primera ciudad inglesa están separados de lo que es la vida cotidiana. El primer ministro británico también demostró que la burbuja gubernamental le ha separado de la vida cotidiana. David Cameron desconoce cuánto cuesta una barra de pan. En su caso, le pillaron en un programa matutino de radio de la cadena LBC. El presentador Nick Ferrari, después de repasar la actualidad del país y del mundo, se fue por cuestiones más cotidianas. Hasta que cayó la cuestión sobre lo que un británico paga de media por una barra de pan blanco, la normalita, en un supermercado. «No lo sé», indicó Cameron. El primer ministro explicó que ni él ni su familia compran pan porque lo hacen en casa. «Disfruto con ello y puedo cocinar pan de distintos tipos», añadió el mandatario, quien compra la harina a productores locales y aprovecha ese tiempo para estar con sus hijos.

Pero, al final, Cameron hizo un 'zapatero'. Ante las presiones del periodista se aventuró a decir un precio: una libra. Muy lejos de la realidad. Cuesta 49 peniques. Y la pinta de leche, 46.En euros, 58 y 56 céntimos, respectivamente.

Su 'predecesor' fue Zapatero, que cayó en un error de cálculo con aquellos famosos «80 céntimos» del café con leche. Es lo que pagaban los diputados en la cantina del Congreso. Casi la mitad de lo que el ciudadano de a pie tiene que desembolsar por la misma bebida en la calle. Fue la mejor metáfora de la posición real de la clase política respecto a aquellos a quienes representan.

peniques es el precio de una barra barata en un supermercado medio británico. En euros son unos 58 céntimos.