El banco vaticano cierra 900 cuentas por sospechosas

La limpieza del polémico banco vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), emprendida con gran resistencia interna por Benedicto XVI y acelerada por Francisco sigue adelante. La entidad hizo ayer públicas sus cuentas por primera vez en 125 años de historia, unos datos que ya habían trascendido la víspera, aunque lo importante es el gesto en un banco famoso por su armario de esqueletos; del blanqueo de dinero de la Mafia a los maletines de corrupción de los partidos italianos. En la web del IOR se podía descargar ayer el informe de cien páginas de 2012, que da unos beneficios de 86 millones. Aunque ya ha trascendido que el primer semestre de este año ha sido negativo. Pero fue más interesante la noticia de que ha decidido cerrar la cuenta corriente a 900 clientes por sus movimientos sospechosos. No son pocas, pues el total son 18.900, y más aún si se considera que la revisión de las cuentas, una por una, aún no ha terminado. Hay un montón de cuentas raras. Entre ellas las de embajadas extranjeras ante la Santa Sede y ya se han cerrado las de Siria, Irán, Irak e Indonesia, por depósitos o disposiciones de hasta 500.000 euros de una sentada y sin explicaciones.

Por otra parte, el Papa Francisco aceptó la dimisión de un obispo irlandés, William Lee, que en 2010 lamentó no haber reaccionado con más firmeza con un sacerdote pederasta.