La Generalitat considera que el recorte presupuestario estimula el soberanismo
El Ejecutivo catalán reclama al presidente del Gobierno que haga gestos que den contenido a la oferta de diálogo con Artur Mas
BARCELONA.Actualizado:La Generalitat catalana frunció el ceño y mostró su enfado por la partida de inversiones que el Estado destina a Cataluña en los Presupuestos Generales y que caen en el caso catalán un 25% para el próximo año, tres veces más que el descenso medio en toda España. Un recorte en el que, de todos modos, apreció una virtud porque cree que proporciona combustible al proceso soberanista y multiplica los independentistas.
Para el Ejecutivo catalán, las cuentas presentadas por el Ministerio de Hacienda en relación a Cataluña son una contradicción con la voluntad de diálogo expresada por Mariano Rajoy en la carta que envió en septiembre a Artur Mas y son un argumento más que estimula la transición hacia la independencia. «Si ésta es la manera que tienen de querernos, como mínimo es peculiar», expresó ayer el consejero de la Presidencia, Francesc Homs.
«En los últimos cinco años la inversión estatal en obra pública en Cataluña se ha reducido un 75%, llueve sobre mojado», dijo el portavoz de la Generalitat. La inversión del Estado en la comunidad catalana para el próximo año será de 944 millones de euros, la misma cantidad, subrayó, que en 1999.
A pesar de que Mas afirmó durante el debate de política general en el Parlamento de Cataluña que con un poco de «alpiste» el Gobierno central no conseguiría detener el proceso soberanista, no es una cuestión solo de economía, insistió el lunes en Bruselas, el Ejecutivo catalán esperaba algún gesto desde el Gobierno central que pudiera relajar la tensión en las relaciones entre Cataluña y el resto de España, y que pudiera sentar también las bases del diálogo al que se han comprometido ambas administraciones a partir de los contactos secretos mantenidos por Mas y Rajoy.
Unos guiños que propiciarán además un clima de confianza y de «lealtad institucional», como reclamó Rajoy en la misiva. «Lamentablemente, estamos donde siempre, en estos presupuestos no se aprecia ningún gesto de grandeza ni de sentido común hacia Cataluña», se quejó Homs. Mas y Rajoy llevan toda la semana de batalla dialéctica a cuenta de los gestos de grandeza. El presidente del Gobierno, desde Kazajistán, instó a Mas a rectificar y dar marcha a atrás al proceso soberanista, a lo que el presidente catalán respondió que en democracia el mayor gesto de grandeza que se puede tener es dejar votar a la gente.
Mas no espera fantasías
Los contactos entre ambos presidentes están siendo secretos hasta la fecha y se cuida mucho que no trascienda el contenido de los mismos. En cualquier caso, se especula con que Rajoy prepara una oferta económica como solución a la crisis política en Cataluña que podría incluir un acuerdo de financiación específico, una capítulo de inversiones en infraestructuras y facilidades para el sector financiero catalán, aunque desde la Generalitat no esperan «fantasías». Únicamente que el diálogo que han emprendido la Generalitat y la Moncloa empiece a tener «contenido».
El Gobierno catalán considera que esa «grandeza y lealtad institucional» que pidió Rajoy a Mas se demostraría y facilitaría el diálogo, según la Generalitat, si Cristóbal Montoro rectificara los Presupuestos, si se liquidase la ley Wert y se enmendase la plana respecto a un modelo educativo que ha funcionado durante 30 años en Cataluña, si las leyes catalanas que ha impugnado el Gobierno central dejaran de estarlo y si la Generalitat pudiese cobrar el impuesto sobre los depósitos bancarios.
Por ello, Homs criticó los últimos movimientos de la partida de ajedrez en la que se ha convertido la política catalana. «No puede ser que Rajoy ofrezca diálogo y la semana siguiente pacte con UPyD cargarse la inmersión lingüística en Cataluña», dijo. Desde su posición en el tablero, detalló que la jugada que hará el Ejecutivo catalán será trabajar para impulsar el derecho a decidir porque no hay vuelta atrás, a pesar de que lo pida Rajoy. Es decir, concretar antes de final de año la pregunta, la fecha y el marco jurídico que ampare la consulta y al mismo tiempo ir dotando a Cataluña de estructuras de Estado, como una Hacienda propia, una Seguridad Social y un banco público.