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El Madrid se crece ante un rival de segunda

Marcelo aportó más rapidez y profundidad, Cristiano y Di María firmaron sendos dobletes y Casillas fue ovacionado

IGNACIO TYLKO
MADRIDActualizado:

Goles terapéuticos, alguno extraordinario como el segundo de Cristiano, tras un taconazo de Benzema y un centro de rabona de Di María, pero atmósfera contaminada en el Bernabéu. Ambiente cargado en una noche de resaca y con un visitante impropio de la ‘Champions’, ya que los mocetones del Copenhague son penúltimos en la modesta liga danesa y ante ellos no cabe extraer conclusiones. Indignación entre los hinchas merengues cuando conocieron que Morata se quedaba fuera de la convocatoria. Minutos después, empero, el delantero entró en el grupo porque Casemiro sufrió repentinos problemas estomacales. Y el ariete llegó a participar en el último cuarto de hora, ya con el partido resuelto. Decisiones extrañas. Virus inoculados en este Madrid repleto de incógnitas, todavía en construcción y con una calidad en sus jugadores que a medio y largo plazo debe hacerle temible. Yun Cristiano que ya suma cinco goles en dos partidos.

El escaso público que en esos instantes se daba cita en Chamartín, abucheó el apellido Ancelotti cuando lo anunciaron por megafonía. Síntomas peligrosos, pitidos de crisis. Es muy pronto para juzgar la aportación de Ancelotti pero la sombra de Mourinho es alargada, quizá dañina. El once de Carletto presentó hasta cinco novedades con respecto al derbi. Volvió Iker Casillas casi un embarazo después y dejó luces y sombras, como el equipo. Apenas tuvo trabajo pero se le vio dubitativo, fallón por arriba. La defensa fue diferente, salvo Pepe, que sufrió una brecha en la ceja de esas que suturan los médicos enfocados por cámaras de alta definición. Más salida de balón con Varane y más profundidad por los costados con Carvajal y Marcelo. Esta vez, el italiano titubeante se decantó por un 4-3-3, con Illarramendi como ancla y Khedira y Modric más libres para descolgarse.

Era un duelo para restañar heridas, brillar y pasar por encima de un equipo ramplón que se situó por detrás del balón pero se defendió de pena. Desde el arranque, se agradeció la aportación del chisposo y profundo Marcelo. Yla incontinencia goleadora de Cristiano, con un toque chulesco y abusón que no mostraba últimamente pero determinante. El lateral brasileño llevaba un año sin jugar en ‘Champions’ pero no lo pareció. Se prodigó en ataque y destacó en este Madrid que en unos momentos dio señales de mejoría y en otros mostró signos de enfermedad. Contrastes otoñales. Illarramendi estuvo mucho más cómodo que ante el Atlético, quizá porque es un gran futbolista pero aún no está del todo preparado para soportar citas de gran jerarquía, y dirigió con tino. Combinó bien el juego en corto y en largo y recordó a Xabi Alonso, aunque a día de hoy las comparaciones todavía resulten odiosas. Y no digamos ya si se relaciona al emergente Isco con el mítico Zidane.

Cristiano se prodigó en detalles para la galería. Ya dijo Ramos al resto de sus compañeros que es la única estrella a la que se le puede permitir todo. Es una fiera hambrienta. Taconazos por aquí, bicicletas por allá pero, más allá de las frivolidades, la búsqueda constante del gol para superar sus registros. Abrió la lata danesa de cabeza, tras un gran centro pasado de Marcelo que se tragó el portero sueco Wiland, según los expertos en fútbol internacional el mejor del Copenhague.

El Madrid se relajó hasta el descanso. Ancelotti, que festejó el gol con el puño cerrado, asomaba del banquillo inquieto. Los nórdicos pudieron empatar en un saque de esquina. Error clamoroso de la zaga y del portero, remate de Jorgensen al travesaño y polémica, ya que el balón le cayó en el brazo a Modric, situado en la raya de gol. Pareció involuntario. En la jugada siguiente, otro danés cabeceó solo. Dirigió mal el remate.

Mejoró el Madrid tras el reparador descanso. Salió más rápido y ambicioso. A sus jugadores se les vieron disfrutando más, menos tensionados. El segundo gol fue antológico, seguramente de los mejores de la ‘Champions’ aunque le reste valor la endeblez del rival. Benzema se la puso de tacón al ‘Fideo’ y éste prefirió centrar de rabona con la zurda que ponerla con la derecha.Cristiano hizo el resto. Poco después, Di María soltó un latigazo desde la frontal que derribó por completo a los daneses. Con el viento a favor, Ancelotti quiso agradar al respetable al introducir a Isco, Morata y Carvajal. Silbidos a Benzema y ovaciones a Iker. ¿Tiene un plan definido?