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Varias pasajeras llegan al aeropuerto Simon Bolívar de Caracas. :: CARLOS GARCIA RAWLINS / REUTERS
MUNDO

Los 'viajeros fantasma' asedian a Maduro

Los nuevos controles en Venezuela para evitar la fuga de divisas avivan la picaresca de quienes adquieren dólares para luego revenderlos

MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

Unos años atrás, un venezolano que recibía tratamiento médico en Cuba se acercó tímidamente a esta corresponsal en la cola de la caja de un supermercado de La Habana. «Perdón, ¿va a pagar en efectivo? Me ayudaría si me deja pagar su cuenta con mi tarjeta y usted me da el dinero. Sólo puedo sacar el dinero si compro», explicó. Estaba 'raspando' la tarjeta, una modalidad perfeccionada ahora con el boom cambiario que vive Venezuela desde que hace seis meses el Gobierno aumentó los controles y limitó la adquisición de la divisa estadounidense, que en el mercado negro septuplica su valor oficial.

La medida fue creada por Hugo Chávez en 2003 para evitar la fuga de divisas. Su reciente endurecimiento se ha traducido en el aumento de 'pasajeros fantasma', compra y devolución de billetes, pérdidas en las líneas aéreas, precios triplicados de los pasajes a los destinos más próximos o listas de espera de cinco meses. Hasta tal punto de que algunas agencias recomiendan a quienes necesitan viajar que se desplacen en barco a alguna de las islas caribeñas.

La compra de dólares en ventanilla está regulada y hasta las empresas han tenido problemas para conseguirlos, lo que ha incidido en la escasez de productos y en el aumento de la inflación. Aun así, muchos venezolanos vieron una oportunidad de enriquecerse con la posibilidad que ofrece el Estado para comprar con bolívares, hasta un total de 3.000 dólares (2.307 euros) anuales para viajes, estudios en el extranjero y remesas. Una vez aprobada la operación, para lo que es obligatorio presentar el billete, el monto se recibe en efectivo o acreditando el saldo en tarjetas de crédito.

Entonces empiezan a conjugarse las variables. «Compras el dólar oficial en 6,3 bolívares y lo vendes en el mercado negro en 45 bolívares», dice un turista. Humberto Figuera, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela, asegura que «esa diferencia abismal ha hecho que viajar sea un negocio». «Llegamos a tener vuelos con más del 30% de pasajeros ausentes, que compran los boletos sólo para tramitar su cupo de dólares». Poco importa que los precios de ida y vuelta de Caracas a Lima , que costaba unos 370 euros, hayan subido hasta los 3.000 euros.

Negocio en auge

Ricardo Cusanno, presidente del Consejo Superior de Turismo, confirmó que en julio la compra de pasajes «aumentó un 80% respecto a 2012». Para Miami, por ejemplo, ya se agotaron los billetes hasta 2014. El alza se debe a la entrada en vigor del Sistema Complementario de Administración de Divisas como una alternativa para conseguir dólares preferenciales para viajeros.

El negocio es tan bueno que hasta se anuncian en internet. «Te ayudamos a raspar tus cupos viajeros con total seguridad y transparencia», ofrece una agencia de viajes limeña. Y es que el Gobierno no controla si quien obtiene dólares sale del país o no. «Estamos frente a una mafia que se mueve según se toman acciones», asegura Figuera.

El Ejecutivo de Nicolás Maduro prepara una nueva legislación y podría crear un tercer mercado de divisas, que en teoría permitirá acceder fluidamente al dólar. Para el economista Asdrúbal Oliveros, de la firma local Econoanalítica, la solución parece clara. «Los controles no van a servir de nada si no atacan el problema de fondo: reducir o al menos hacer manejable la brecha entre el (dólar) oficial y el paralelo».