Prisiones aplica el protocolo de prevención de suicidios a los padres de la niña de Santiago
Afirma que se trata de una medida normal cuando se trata de reclusos acusados de delitos graves
SANTIAGO. Actualizado: GuardarLa Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ordenó que se aplique el protocolo de prevención de suicidios a Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres de Asunta, la niña que apareció asesinada en la madrugada del pasado domingo en un bosque cercano a Santiago de Compostela. Desde ese departamento dependiente del Ministerio del Interior se indicó que esta medida es normal, sobre todo cuando se trata de acusados de la comisión de delitos graves.
Los padres de la menor pasaron su primera noche en la prisión coruñesa de Texeiro sin novedad. Están separados ya que el padre está ingresado en la enfermería a la espera de destino, pero la madre fue trasladada nada más llegar al módulo de mujeres. Ambos llegaron juntos en un furgón al centro penitenciario tras la orden de prisión dictada el viernes por el juez instructor José Antonio Vázquez Taín por un delito de homicidio.
Evaluación médica
El delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, explicó ayer que se tomarán «todas las medidas» para impedir que los dos acusados se lesionen a su paso por la cárcel. Entre ellas, el protocolo de prevención de suicidios que consiste en una estricta observación del comportamiento del recluso y la fijación de unas pautas de intervención.
Esta medida no es excepcional, aseguraron en Instituciones Penitenciarias, porque se aplica para paliar el impacto emocional del ingreso en prisión, en especial cuando se trata de delitos graves. Tanto Porto como Basterra fueron evaluados por el médico y el sicólogo de Texeiro al llegar al centro para determinar sus condiciones físicas y síquicas, y no se detectó nada relevante. La pareja, separada desde hace dos años, pero que mantenía una buena relación, tendrá que volver al juzgado de Santiago para practicar nuevas diligencias.
El caso, entretanto, sigue rodeado de espesa niebla que da pie a todo tipo de especulaciones. El móvil sigue sin estar definido porque las primeras impresiones sobre las razones económicas parecen desvanecerse ya que la niña no era la heredera universal de sus fallecidos abuelos maternos como se había especulado.
Los investigadores, por ahora, solo tienen claro que la menor tomó un potente somnífero antes de morir al parecer asfixiada. Pero hay varias pruebas que incriminan a la madre, entre ellas que ella toma el medicamento que tragó su hija; las grabaciones de la mujer con su hija a una hora en que ya había denunciado la desaparición y la aparición cerca del cadáver de una cuerda naranja como la que se encontró en su casa del municipio de Teo.