Otro año más o menos
Actualizado:Cada vez que llega el mes de septiembre se celebra con toda solemnidad la apertura del año judicial haciendo balance del curso anterior, en el que se exponen los logros y los fracasos experimentados. Desde luego, no es para lanzar campanas al vuelo porque ya sabemos que se trata de una institución intervenida por la política que sigue moviendo sus fichas dependiendo del poder adquirido en las urnas. Lo que lleva a, grandes rasgos, a que no funcione en Cataluña desde hace unas décadas y por eso la basura se ha ido acumulando y ahora no tiene remedio.
Todo ello unido a la negativa de las disposiciones que llegan del Supremo de Madrid, y que no se cumplen, y a Andalucía y su cortijo socialista donde ni siquiera ha funcionado una Fiscalía Anticorrupción y cuando la Justicia se lo ha tomado en serio se ha destapado una porquería difícil de limpiar. Por eso la ciudadanía tiene poco interés en una Institución mediatizada y manejada por el partido de turno. Sobran solemnidades y lo que sí quremos es más limpieza y un reparto de las leyes más ecuánime.