Mas descarta la tercera vía para Cataluña que proponen Unió Democrática y el PSC
El presidente de la Generalitat elige al independentista Junqueras antes que al moderado Duran como principal sostén
BARCELONA. Actualizado: Guardar«Si estamos donde estamos es porque las terceras vías no han funcionado». Con esta contundencia despachó ayer Artur Mas las alternativas al estado propio que habían puesto sobre la mesa sus históricos socios de Unió Democrática de Catalunya y los socialistas.
Mas tenía un dilema, debía elegir entre el independentista y líder de Esquerra, Oriol Junqueras, y su socio desde hace tres décadas, Josep Antoni Duran Lleida. Tenía que decidirse si apostaba por la senda independentista que plantean Esquerra y su propio partido, Convergència, o por una tercera vía o proyecto intermedio, federalista, según los socialistas, o confederalista, para Unió, que permitiera el encaje de Cataluña dentro España. En la segunda jornada del debate de política general de Cataluña deshojó la margarita y se quedó con el soberanismo de Junqueras.
Aunque reconoció que Cataluña «mayoritariamente no es una sociedad de ruptura con el resto de España», Mas descartó las propuestas del PSC y de Unió porque entiende que desde Cataluña la tercera vía se ha intentado muchas veces durante los últimos cien años. Puso el ejemplo del Estatut de 2006, que lo único que ha conseguido es acumular «decepciones». La consulta sobre el derecho a decidir, concluyó, es la única solución al atolladero catalán.
«El conflicto, dijo, solo se resolverá votando». «Coja el toro por los cuernos (instó a Mariano Rajoy) y entienda que hay un problema muy gordo». Por primera vez, Mas se atrevió a decir que en las conversaciones que ha tenido con el presidente del Gobierno, ha notado que en la Moncloa empiezan a darse cuenta de que tienen que hacer algo con la cuestión catalana. «No sé cuál, pero alguna», expresó.
El Gobierno catalán también aprecia que algo se mueve en las filas socialistas, pero aún muy en abstracto. Mas pidió al PSC y al PSOE «más concreción» y que expliquen qué quiere decir un estado federal y cómo piensan cambiar la Constitución junto con el PP para que España sea un estado federal y qué resultado podría tener para Cataluña. Llegado el caso, se comprometió a valorarlo, aunque anticipó que más allá de las «buenas ideas» y de las «buenas voluntades» no cree que el proyecto arribe a buen puerto.
En este punto, el líder nacionalista echó mano del libro de estilo de CiU, que está lleno de capítulos repletos de ambigüedad, que afirman y niegan una cosa al mismo tiempo, que abren y cierran puertas. Una manera amable de oponerse a la propuesta del PSC, tan suave que los socialistas no se molestarán demasiado y puedan votar hoy el texto a favor del derecho a decidir que propondrá CiU como conclusión del debate de política general y que Mas quiere utilizar como respuesta a la carta de Rajoy.
En cualquier caso, el rechazo a la tercera vía fue un portazo a los socialistas, pero sobre todo a Duran, que en los días previos del debate se destapó con un amplio artículo en la prensa catalana donde planteaba su proyecto para el atolladero catalán. Reclamaba un pacto fiscal específico para Cataluña, que incluya la gestión por parte de la Generalitat de las infraestructuras; competencia exclusiva en lengua, cultura y modelo educativo; presencia institucional de Cataluña en organismos internacionales y apoyo a que el Parlamento catalán impulse las reformas necesarias para llevar a cabo el cambio de estatus y una reforma constitucional que incluya el derecho a decidir de los catalanes. Duran, desde Madrid, no se dio por aludido y dijo que no quería «polemizar» con Mas. El presidente catalán, como guiño a su aún socio de federación y como otro ejemplo de ambigüedad, dejó entrever su posible disposición a que la consulta incluya tres respuestas, algo que defiende Unió.
Sintonía de Mas y Junqueras
En realidad, la tercera vía que propone el democristiano es lo que han defendido Mas y Jordi Pujol durante mucho tiempo, antes de convertirse en independentistas, pero la situación política le ha obligado a arrimarse a Esquerra, que le garantiza aprobar los presupuestos y poder llegar vivo hasta la consulta.
Mas ha elegido a Junqueras como su principal compañero de viaje en el camino hacia el referéndum y la segunda jornada del debate sirvió para escenificar que ambos comparten el análisis y el diagnóstico, y su sintonía es absoluta. Convienen en que Cataluña necesita estructuras de país y contar con un estado propio para luchar contra la crisis, en que el proceso soberanista precisa de liderazgos compartidos. Están de acuerdo asimismo en que el presupuesto del Gobierno catalán se decide en Madrid, que el país vive la actual situación con preocupación y esperanza, que Cataluña tiene que celebrar una consulta soberanista y que las urnas son la solución. Y coinciden además en la manera de ganarse a los indecisos que nacieron fuera de la comunidad catalana. «Cataluña siente afecto por España, pero no confía en el Estado», dijo el miércoles Mas. Junqueras completó ayer: «Queremos a España, pero no nos fiamos del Estado».