«A la guerra de Marruecos solo fueron los desgraciados»
El autor rastrea la herencia española en el antiguo protectorado español con el libro 'Siete ciudades en África'
MADRIDActualizado:"Españoles y marroquíes fueron forjados en el mismo yunque", asegura Lorenzo Silva . El escritor acaba de publicar 'Siete ciudades. Historias del Marruecos español' (Fundación José Manuel Lara), un libro en el que analiza la presencia española, especialmente andaluza, en Ceuta, Melilla, Larache, Tetuán, Xauen, Nador y Alhucemas. Durante dos mil años, el sur europeo y el norte africano estuvieron unidos por el mismo poder. Por eso, el protectorado español sobre el norte de Marruecos no puede considerarse un fenómeno fugaz y antinatural. La historia de ambos pueblos se cruza inextricablemente de forma violenta. La guerra del Rif prefiguró lo que sería la contienda fratricida de 1936. Es curioso que en la batalla de Alhucemas lucharan juntos militares que luego se enfrentarían entre sí, unos en el bando de los sublevados y otros en la República. "Marruecos es la clave para entender todo lo que pasó en España a partir de 1931", sostiene Silva .
El escritor se declara sorprendido por la escasez de novelas que ha generado la Guerra de África, cuando tuvo tanta trascendencia para la historia de España. Nada que ver con la prolífica tradición literaria del Reino Unido sobre la I Guerra Mundial. Quizás se deba a que mientras en la guerra de 1917 las elitistas Oxford y Cambridge se quedaron vacías, de modo que los "hijos de las clases acomodadas británicas fueron a morir a las trincheras, a Marruecos solo iban los desgraciados y militares profesionales".
Durante la época de los fenicios, de los romanos y de los bereberes, lo que después serían España y Marruecos eran dos caras de la misma identidad, separadas por el Estrecho, un accidente geográfico que el escritor considera "incomprensible" que a estas alturas no se haya salvado mediante un puente o un túnel. "No sé por qué no se ha hecho algo para vadear apenas 15 kilómetros de mar, y en cambio hemos construido estaciones del AVE vacías y aeropuertos fantasmales", apunta.