El presidente de Francia, François Hollande, tiende la mano a su homólogo iraní, Hasán Rohani, en la sede de Naciones Unidas. :: MARTIN BUREAU / AFP
MUNDO

Irán mide sus gestos con Estados Unidos

Rohani rechaza la oportunidad de estrechar la mano de Obama en el inicio del deshielo de las relaciones entre ambos países

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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A la Casa Blanca no le importó el martes sacar a relucir la humillación que ha sufrido con Irán, con tal de dejar claro que si no se ha producido un avance mayor en las relaciones con Irán, es porque los iraníes no están listos para la paz. El esperado apretón de manos entre los dos presidentes, que hubiera sido el primero desde 1977, no se produjo porque para Irán «era demasiado complicado», dijo un asesor de la Casa Blanca. El propio Hasán Rohani, que dice haber llevado a la ONU «un mensaje de paz y amistad de los iraníes hacia los estadounidenses», reconoció ayer ante The Washington Post que «no era el momento oportuno».

«Si no damos nuestros primeros pasos con mucho cuidado puede que como mínimo no logremos obtener las metas comunes que tenemos en mente», dijo enigmático el nuevo presidente iraní. «Creo que no tuvimos suficiente tiempo para hacerlo posible». Según él, no hubiera sido correcto «extender la mano si no estás dispuesto a abrir el puño». El propio Obama había advertido horas antes que no esperaba que la desconfianza entre ambos pueblos se superara de la noche a la mañana, «porque tiene raíces profundas».

La falta de encuentro entre los dos presidentes que se han estado carteando en los últimos meses, pero sobre todo las palabras de Rohani ante la Asamblea general, horas después de la intervención de Obama, han decepcionado al mundo. Rohani resultó mucho menos conciliador de lo que avanzaban sus mensajes por Twitter. Sin embargo, pasada la decepción inicial, los analistas estadounidenses volvieron a centrarse en lo que distanciaba ese discurso de los de su predecesor, Mahmud Ahmadineyad. No sólo no negó el Holocausto, sino que condenó «la masacre de judíos que hicieron los nazis», aunque en entrevista con la CNN se opuso a entrar en la dimensión de esa masacre que, según su antecesor, distaba mucho de ser un 'holocausto'. Rohani dijo dejar eso a los expertos.

En el difícil equilibrio que el líder iraní intenta alcanzar entre la línea dura de su país y la conciliación con Occidente, Rohani advirtió que las víctimas de ese holocausto «no deben buscar compensación victimizando a otros grupos». Se refería a los palestinos desplazados por Israel, el país que ve con escepticismo este acercamiento entre EE UU e Irán.

Según Benjamín Netanyahu, que tendrá su oportunidad de hablar en la ONU el próximo martes, Rohani no es más que «el lobo con piel de cordero», y su discurso de anteayer, «cínico» y «lleno de hipocresías». El mandatario israelí había ordenado a su delegación que abandonara la sala antes de que Rohani terminara, como es tradición. En su opinión, sus buenas palabras sólo son una estrategia para «ganar tiempo en avanzar su capacidad para dotarse de armas nucleares».

Ahí es donde nada se ha destrabado. Como Ahmadineyad, Rohani asegura que su país no tiene ninguna intención de internarse en una carrera armamentística de carácter nuclear, pero sigue defendiendo su derecho a generar este tipo de energía. Si otras naciones son libres de enriquecer uranio para ese fin, «nosotros queremos que se nos vea de la misma manera», dijo ayer en las distintas entrevistas que concedió a medios estadounidenses. «Nada más ni nada menos».

«Concesiones cosméticas»

En privado, las fuentes del Gobierno israelí concedieron que Ahmadineyad les venía mejor, «porque sus declaraciones eran tan crudas que podíamos decir que estos tipos están locos», confiaron. Ahora es Netanyahu quien tendrá que ser más crudo para convencer al mundo de que nada ha cambiado. El mandatario israelí pretende recordar a la comunidad internacional el caso de Corea del Norte, que compara con el de Irán. En 2005 ese país aprovechó un acercamiento diplomático con el Gobierno estadounidense para avanzar en secreto su producción de armas nucleares, que ahora dice poseer. Y si el mundo sucumbe ante la estrategia de Rohani, eso es lo que volverá a ocurrir, según dirá Netanyahu. Su único objetivo es que le levanten las sanciones a cambio de «concesiones cosméticas».

Estados Unidos tendrá oportunidad de tantear sus intenciones hoy en el histórico encuentro que mantendrá el secretario de Estado John Kerry, en el marco de las negociaciones para el desarme de su programa nuclear, que integra a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad -Gran Bretaña, Francia, China, Rusia-, además de Alemania.

Si Irán supera con éxito este trance, algunos creen que Israel corre el peligro de quedarse solo en los ataques contra su vecino, mientras el mundo da una oportunidad a la paz.