Detenidos por homicidio los dos padres de la niña asesinada en Santiago
La Policía investiga la relación del crimen y el hecho de que Asunta era la principal heredera de sus abuelos
SANTIAGO.Actualizado:Apenas 24 horas después de la detención de la madre por la Guardia Civil, el juez del juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, decidió arrestar también al padre de Asunta, de 12 años, por su presunta participación en los hechos. El padre de la niña, Alfonso Basterra, que permanece detenido en el cuartel coruñés de Lonzas, deberá prestar declaración hoy ante el juez, que pretende que su testimonio pueda contribuir a la reconstrucción de las últimas horas de vida de la niña.
Por su parte, la madre, Rosario Porto, permanece también detenida en el mismo cuartel que su exmarido y se encuentra igualmente acusada por el juez de la muerte de su hija, Asunta, después de que el martes fuese detenida por la Guardia Civil por su presunta participación en los hechos.
La detención de ambos progenitores, separados desde 2011, se produjo en la misma jornada en la que el juez volvió a ordenar el registro de una vivienda que la madre posee en Teo, un ayuntamiento cercano a Santiago en el cual se produjo el hallazgo del cuerpo de la niña de origen chino de 12 años.
Durante toda la jornada, tanto el padre como la madre asistieron al registro de una casa en la que la propia madre confirmó haber pasado parte de la tarde del sábado. Según explicó, acudió sola para recoger unos bañadores, un extremo confirmado por algunos de sus vecinos que aseguraron que vieron a la mujer salir de la vivienda sin compañía alguna. Uno de ellos incluso confirmó ante los investigadores haberse cruzado con la madre y que, al saludarla, ella le comentó que tenía prisa «porque iba a buscar a la niña».
Sin embargo, la versión de Rosario Porto quedó desmontada por las imágenes dos cámaras de seguridad del centro de la ciudad. Una de ellas, la de un banco, registró a la mujer conduciendo un vehículo en el que también se encontraba Asunta, mientras que la segunda, perteneciente a una gasolinera, las grabó saliendo de la ciudad en dirección a Teo, lugar donde se encontró el cuerpo en torno a las nueve de la noche. Ambas imágenes, que resultaron concluyentes para la imputación de la madre, contradicen su versión de que la niña desapareció de su casa sobre las ocho de la noche, como aseguró ante los agentes en su primera declaración policial.
Cuerda naranja
La investigación se centra ahora en aclarar si los pedazos de cuerda naranja hallados junto al cadáver se corresponden con los encontrados en el primer registro de la vivienda de la mujer, que se encuentra a escasos tres kilómetros de la pista forestal en la que fue hallado el cadáver. Se trata de fragmentos de cuerda fina, empleados normalmente para atar pacas de hierba. Los restos fueron enviados al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, en Madrid. Los investigadores sospechan que las cuerdas pudieron ser empleadas para atar a la niña de pies y manos, ya que su cuerpo presentaba pequeñas heridas en dichas zonas.
Además, los investigadores siguen intentado aclarar si Asunta fue sedada antes de ser asesinada. Los resultados provisionales de la autopsia apuntan a que la niña murió asfixiada. Sin embargo, la falta de signos de violencia hacen pensar a los agentes que pudo haber sido drogada, lo que le causó una parada respiratoria.
Los investigadores también analizan que Asunta era la principal beneficiaria de la herencia de sus abuelos maternos, fallecidos con apenas un año de diferencia, según informaron a Efe fuentes próximas a la investigación.