Una Liga bajo sospecha
La actuación de Muñiz Fernández desata la polémica y la indignación en las redes sociales por una competición maleada y por las dudas que despierta el estamento arbitral
MADRID Actualizado:La típica discusión futbolera de barra de bar se ha convertido ahora en un debate global debido al crecimiento exponencial de las polémicas que suscita la jornada de Primera por el altavoz histriónico, gritón y exagerado en los que muchas veces se transforman las redes sociales. Ya no hay que esperar siquiera al café matutino con churros para que comience la pelea dialéctica con el de al lado y basta con asaltar la red de redes para desatar la pasión, la verborrea, los desconsuelos y la indignación por lo sucedido unos segundos antes. Así, un partido trasnochador, con final controvertido a horas intempestivas como el del miércoles en el Martínez Valero, ya había desencadenado las iras hacia el colegiado Muñiz Fernández, tras señalar un polémico penalti a favor del Real Madrid con el tiempo ya cumplido.
De hecho, a algún internauta ilustre y con inevitables intereses en el choque que se celebraba en Elche le faltó el tiempo para ironizar sobre la decisión del árbitro. «Viendo una película de humor por el Canal + Liga. ¡Siempre va bien a estas horas de la noche!», publicaba Gerard Piqué en su cuenta oficial de Twitter cuando apenas había concluido el partido. Tan rápido fue el culé en mostrar sus sensaciones sobre la victoria del eterno rival blanco que los periodistas tuvieron tiempo de preguntar al técnico merengue sobre el comentario del central internacional en la sala de prensa del estadio ilicitano. Carlo Ancelotti fue contundente en la contestación al azulgrana, al que dijo que lo que tenía que hacer era «hablar, pero en el campo».
Con algo más de sorna respondió uno de sus pupilos aprovechando también la misma red social que el defensor catalán. Álvaro Arbeloa recordó pasadas alusiones de José Mourinho. El anterior entrenador madridista criticó al Barça por su tendencia al «teatro» tras una eliminatoria de Copa de Europa contra el Chelsea. «¡Muy contentos con los 3 puntos! ¡Me alegro de que algunos cambien el teatro por el cine, eso siempre está bien!». Con este texto acompañaba el lateral una foto en la que aparecía sonriente junto a varios compañeros.
No sorprende este enfrentamiento entre dos habituales de ‘La Roja’ que, pese a todos los intentos por limar asperezas entre los líderes de los vestuarios de los dos históricos adversarios, mantienen una relación muy distante, y que se ciñe prácticamente a la obligatoria sobre el terreno de juego. Otro fuego que Vicente del Bosque deberá apagar entre dos de sus fijos para el gran objetivo del año, el Mundial de Brasil del próximo verano.
Quejas y recelos
Pese a la trascendencia alcanzada por el cruce hostil de declaraciones entre Piqué y Arbeloa -con más de 50.000 retweets del mensaje del primero y más de 70.000 del texto del segundo-, esta rivalidad no se acerca al ataque unánime surgido contra Muñiz Fernández en las redes sociales.
Si en todos los medios de comunicación se pudieron escuchar y leer calificativos como «robo», «descarada ayuda», «regalo», «cacicada», «demostración de chulería y prepotencia», «acción escandalosa», «atraco» o «chaladura», en internet se magnificaba la ofensiva contra el trencilla y se ampliaban las quejas poniendo en duda a la propia competición. Las críticas hacia el colegiado ahondaban en el bajo nivel técnico -«Lo he dicho unas mil veces: el nivel del arbitraje español es horrible. Y Muñiz, dentro de ese nivel horrible, es de los peores», denunciaba Mr. Chip en su cuenta-, y su tendencia a beneficiar a los dos grandes -«Curioso el clamor del Barça por el atraco del Madrid, cuando fue el mismo árbitro quien les dio la victoria frente al Sevilla», decía Falso9-. Pero detrás se avista un problema más grave que ataca directamente a la estructura de la Liga, a su credibilidad, y que muestra las sospechas y la desconfianza hacia un torneo en el que se acusa al estamento arbitral de estar dirigido para que el interés no decaiga hasta el final y que ninguno de los máximos favoritos se quede en el camino antes de tiempo, como pasó la campaña pasada («Avergüenza a cualquier persona que ame el deporte. Esta competición es corrupta», comentaba Lluis Álvarez en su cuenta).
Muñiz no ha recibido ni el consuelo por parte de sus colegas. Ninguno de los habituales excolegiados que valoran habitualmente en los medios las polémicas arbitrales y las decisiones dudosas de los trencillas de Primera defendió a su excompañero. Todos, sin excepción, coincidieron al señalar como un error de bulto el penalti que dio la victoria a Madrid y criticaron con contundencia su actuación, destacando además el flaco favor que el asturiano está haciendo con sus decisiones al colectivo que representa.
Incluso su superior le dio la espalda. El presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española de Fútbol, Victoriano Sánchez Arminio, admitió en Bilbao que Muñiz «a lo mejor no estaba en el momento propicio» para pitar el duelo del Martínez Valero y centró sus esfuerzos en defender la honradez del colectivo arbitral, con un discurso en el que recalcó que para sus miembros «todos los equipos son iguales» y se confunden «exactamente igual con el grande que con el pequeño».