La hora de Canarias, inamovible
Si el resto de España adopta la hora de Londres, los 60 minutos de diferencia con el archipiélago se mantendrían porque está en otro huso horario
MADRIDActualizado:Que los canarios estén tranquilos. Su hora de diferencia con la península, Ceuta, Melilla y Baleares se va a mantener siempre… que se aplique la lógica de los husos horarios, claro. Esta semana, el Congreso de los Diputados instaba al Gobierno a elaborar un informe económico sobre el impacto que tendría en la sociedad española si se retrasase una hora el reloj. Es decir, si todo el territorio tuviera la misma hora que Londres y no la de Berlín, París o Ginebra. El objetivo es concienciarnos a todos que hay otra manera de encajar la vida laboral y familiar.
Pero a esta idea, propulsada por la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), asustó a los canarios porque temían que se perdiera su hora diferencia, ese “una hora menos en Canarias” que las radios dicen en cada informativo y que supone una publicidad para las islas espectacular. Pero, si se aplica la lógica, no se perderá. Porque, en la actualidad, Canarias está mal colocada en el reloj. “España debe tener la misma hora que Reikiavik o Londres, no la de Berlín o Varsovia. No podemos tener la misma hora que el centro de Europa”, explica Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE.
Esta hora actual se debe al cariño que le quiso dar el régimen franquista a la Alemania nazi a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Se decidió igualar la hora hispana a la germana en vez de mantener la de la pérfida Albión como hasta ese momento y Canarias pasó a tener el reloj actual. Pero, con esta decisión se cometieron dos errores. “(Canarias) tiene otro huso que el de Greenwich. Debería tener otra hora menos porque está más al oeste”, añade la doctora. Si cogemos las 15.00 horas como referencia en Londres, Madrid debería tener esa hora y Berlín las 16.00 horas. Tenerife y Las Palmas marcarían las 14.00 horas.
Pero estos cambios horarios sirven de poco si no hay una modificación en las costumbres sociales españolas que nos conviertan en más europeos como “almorzar antes y que no sean comidas de dos horas”. “Esto permitiría ir antes a trabajar y salir antes”, añade Chinchilla. También habría que concienciar a otros sectores, como las televisiones, para que sus programas estrella no empiecen tan tarde, por ejemplo. Y el mecanismo para cambiar la hora es sencillo: en mayo u octubre no se modifica y ya está.