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Alemania decide si complica la vida a Merkel

La candidata de la CDU-CSU combina una retórica loa a la UE con la negativa a apoyar los eurobonos en su último mitin

JUAN CARLOS BARRENA
BERLÍN.Actualizado:

Con la seguridad que da saberse clara triunfadora en las elecciones legislativas de hoy en Alemania, la canciller federal, Angela Merkel, cerró su campaña con un mitin en el Tempodrom, el velódromo de Berlín, centrado en ensalzar los beneficios que la Unión Europea y la moneda única han traído a este país. La candidata de la CDU-CSU aprovechó para marcar distancias con otras formaciones y dejar claro que poco, más bien nada, va a cambiar en su política para los próximos cuatro años sea quien sea su aliado de coalición.

«La estabilidad del euro no solo es buena para Europa, sino de interés elemental para Alemania. Asegura nuestro bienestar y nuestros puestos de trabajo», dijo la canciller en su intervención final, en la que reconoció que a este país sólo le puede ir bien si le va bien al resto de sus socios europeos y por eso, dijo, hay que ser solidarios con quienes se encuentran en apuros financieros. En ninguno de los 54 actos públicos programados para Merkel durante esta campaña había hablado la canciller tanto sobre la UE y su futuro como en su última intervención en la capital.

Su oda a Europa tenía también como fin, quizás principal, distanciarse hasta marginar a la novedosa y euroescéptica formación Alternativa para Alemania (AfD). Ésta propugna el abandono del euro y el retorno del marco alemán, así como el fin de la integración de Europa, que no debería ser más allá de un mercado común. El incómodo partido amenaza con obtener escaños en el Bundestag, segun alguna encuesta reciente, y de conseguirlo sería a costa de conservadores y liberales.

La reedición de la coalición de Gobierno entre la Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU-CSU) y el Partido Liberal (FDP) es más que dudosa, pero resultaría imposible si los euroescépticos llegaran a acceder al Parlamento, ya que formarían una cuña insalvable en el ala de centro-derecha de la Cámara baja e impedirían a la actual alianza gubernamental contar con la necesaría mayoría.

La canciller se dirigió igualmente al gran número de electores indecisos y abstencionistas cuyo voto puede resultar determinante si finalmente acuden a las urnas. «Pido personalmente a los ciudadanos en Alemania que me concedan un fuerte mandato para poder continuar sirviendo a Alemania otros cuatro años más», dijo Merkel. Pero igualmente marcó la línea roja que no está dispuesta a rebasar si finalmente el resultado electoral le aboca a negociar una reedición de la 'gran coalición' con los socialdemócratas como la de su primera legislatura, o incluso a aventurarse en el nuevo experimento político que supondría una inédita alianza con Los Verdes.

Angela Merkel dejó bien claro que la actual política de rescate y ayudas a los socios con problemas que lleva a cabo la UE no va a cambiar un ápice, y continuará basándose en la ejecución de dolorosas reformas y medidas de estricto ahorro a cambio de apoyo financiero. La crisis de la zona euro aún no ha sido superada y ésa es la única vía para lograrlo, dijo la canciller en su mensaje, dirigido más allá de las fronteras y del electorado de este país.

«Con la CDU no habrá por eso fondos comunes para amortizar la deuda ni eurobonos», aseguró la canciller, con la vista puesta en las iniciativas al respecto que figuran en los programas electorales de socialdemócratas y verdes. Merkel rechazó de paso la posibilidad de elevar los impuestos para los más adinerados del país como exigen esas dos formaciones de la oposición, con un tajante: «Ese camino no lo va a tomar la Unión». Es decir, más de lo mismo o todo como hasta ahora.

Mejor sin sorpresas

Y es que la canciller no quiere sorpresas de última hora como sucedió hace cuatro años, cuando todas las encuestas situaban a la Unión por encima del 38% y sólo obtuvo un 33,8%; menos aún que en 2005, cuando aventajó en décimas al SPD al lograr un 35,2%. Los socios del FDP obtuvieron entonces un sensacional 14,6% -el mejor resultado de su historia- que posibilitó la actual coalición conservadora-liberal, a costa de ese segundo voto que ahora reclaman de nuevo de los electores de la CDU-CSU.

También por eso Merkel reclama las dos papeletas que cada uno de los 62 millones de electores introduce en la urna -la primera para el candidato directo de cada distrito y la segunda para un partido en el respectivo Estado- con el fin de asegurarse hoy un triunfo holgado que le permita negociar de manera cómoda y rápida la formación de un nuevo Gobierno. Si no es posible con los liberales, con quien sea, que para eso es la reina de la versatilidad y el mimetismo.

En todo caso, ante el poderío de Merkel y la Unión conservadora, domina entre los restantes partidos la resignación. Todos saben que la líder que aspira a su tercer mandato consecutivo tiene segura la victoria y que no será posible tratar de nuevo de derrocarla antes de cuatro años. A no ser que se cumpla el rumor que los medios alemanes sacan periódicamente a flote de que la canciller se retirará voluntariamente a los diez años de mandato para hacer realidad un sueño viajero: recorrer la Panameriacana junto a su marido.