Sociedad

Zipi y Zape saltan del tebeo al siglo XXI

Oskar Santos llenará hoy el Velódromo de Anoeta de chavales para disfrutar de una cinta de aventuras familiar

SAN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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Oskar Santos pasea nervioso por San Sebastián. Esta tarde sabrá si su película funciona entre el público al que va dirigida: el infantil. Ningún crítico será tan implacable como los 3.000 chavales que llenarán el Velódromo de Anoeta para juzgar 'Zipi y Zape y el Club de la Canica'. Quizá muchos no sepan quiénes son, aunque sus padres todavía conserven los álbumes de Escobar. No hay problema. Antena 3 se ocupará de bombardearles con el tráiler de un filme de 6 millones de euros que llegará a los cines el 4 de octubre. De la mano de Disney y más de 300 copias.

«El Velódromo será la prueba de fuego, porque los niños no engañan. Si no les gusta se va a notar. Y si difrutan diré: misión cumplida». El director sabe que es afortunado de «poder llegar al gran público con un producto honesto». El éxito en España de personajes de cómic como Superman o Lobezno demuestra su condición de héroes universales.

El tebeo patrio también ha conocido con fortuna su traslación a la gran pantalla gracias a 'Mortadelo y Filemón'. Sin embargo, 'Zipi y Zape' no tiene mucho que ver con la cinta de Javier Fesser. «Aquí no salen las patillas de don Pantuflo, eso no me interesaba», explica Santos. «'Zipi y Zape' es un tebeo muy infantil, muy sencillo, que le funcionó maravillosamente a Escobar, pero que no evolucionó como 'Mortadelo y Filemón'. Solo sabes que son dos mellizos gamberros, no hay mucho más. En una película, obviamente, había que cambiar cosas».

Santos conserva su condición de «iconos de la infancia con vigencia universal». Pero prescinde del costumbrismo y descontextualiza la acción geográfica y temporalmente. No salen móviles ni ordenadores, ni tampoco la España de los años 50. «Meto a Zipi y Zape en una película de aventuras que habla del derecho de los niños a ser niños».