UNA CURACIÓN CERCANA AL 90%
Actualizado:Las prótesis articulares mejoran la capacidad funcional de pacientes con dolor articular. Los nuevos implantes y el envejecimiento progresivo de la población han propiciado un incremento exponencial en el número de pacientes intervenidos. La movilización del implante y la infección son sus principales complicaciones. En la gran mayoría de infecciones protésicas se requiere un tratamiento médico y quirúrgico con limpieza de tejidos y desbridamiento con retirada de prótesis y antibioticoterapia hasta conseguir erradicar cualquier signo de infección.
También se precisan lavados intraoperatorios y eliminar los tejidos muertos. Se distinguen infecciones posquirúrgicas precoces cuando aparecen durante el primer mes tras la cirugía del implante con predominio de los signos inflamatorios locales, celulitis y secreción purulenta de la herida quirúrgica. Se manifiesta con dolor articular y fiebre no muy alta con escalofríos. Por su parte, la infección crónica tardía se presenta a partir del segundo mes tras la cirugía, con predominio de la clínica ortopédica sobre los síntomas de infección y, a menudo, con aflojamiento protésico. Pueden manifestarse meses o años después de la cirugía, a pesar de ser una consecuencia de la misma. Por eso su sintomatología es larvada y el diagnóstico diferencial con el aflojamiento aséptico es difícil de establecer, siendo el dolor su principal síntoma.
En las infecciones crónicas tras la retirada de la prótesis se plantea colocar una nueva prótesis, en uno o dos tiempos, según las escuelas, aunque la cirugía en dos tiempos es la más utilizada. El recambio de la prótesis en dos tiempos incluye la retirada inicial de la prótesis, colocación de un espaciador de cemento impregnado con antibióticos, antibioticoterapia y posteriormente se retira el espaciador y se coloca una nueva prótesis. La curación es cercana al 90%.