Magnates de película
El estreno de 'Jobs' incita a una nueva mirada al cine sobre emprendedoresDe 'Ciudadano Kane' a 'La red social', Hollywood se ha rendido a la poderosa fascinación que ejercen los genios mediáticos
MADRID.Actualizado:CINE Y GENIALIDAD, UNA 'PAREJA' CLÁSICA EN LA FÁBRICA DE SUEÑOS
La fascinación del cine por los grandes emprendedores mediáticos, más que fértil en cantidad lo ha sido en calidad. Sobre todo, si nos centramos en dos de los títulos que más huella han dejado: 'Ciudadano Kane' (1941) y más recientemente 'La red social' (2010). Ambas dibujan el recorrido vital en la construcción de un emporio de dos magnates de los medios de comunicación de masas, personajes también marcados por sus carencias afectivas y sociales y algún que otro trauma infantil. El ejercicio viene al pelo ante el estreno hoy de 'Jobs', el biopic que con Ashton Kutcher al frente sigue los pasos de Steve Jobs desde sus años de psicodelia universitaria a la construcción del gigante tecnológico Apple. Su meteórico ascenso social y económico, como sucedía en las películas de Orson Welles y David Fincher, marca sus relaciones de amistad y su vida.
Steve Jobs aparece también como un líder solitario, a pesar de su carisma. Un hombre de tintes tiránicos y egocéntrico como pudieron ser Charles Foster Kane, personaje de ficción basado en William Randolph Hearst, en el que se inspiró Welles, o el Mark Zuckerberg, retratado por Aaron Sorkin y Fincher con maestría y encarnado por Jesse Eisenberg. Retratos todos de personajes triunfadores, cuya trayectoria nos muestra el precio del éxito, y la soledad que impera en la cima.
La capacidad evocativa, el pulso narrativo y la sutileza y vigor con que retratan a sus personajes centrales, hermanan también a 'Ciudadano Kane' y a 'La red social', dos películas que ahondan en dos tipos de emprendedores muy concretos: aquellos capaces de influenciar en la opinión pública de manera masiva a través de los medios. Algo que comparte también la tecnología emocional de Steve Jobs, predisgitador y gurú mediático de la era internet.
Faltos de amor y marcados por las traiciones a sus amigos y viejos amores mal terminados, los protagonistas tanto de 'Ciudadano Kane', como de 'La red social' inciden en personalidades marcadas por el desamor y empeñados en emprender un gigantismo empresarial casi profético para compensar su falta de amor. Desde luego que la personalidad del Steve Jobs, que retrata el film que ahora se estrena coincide con estos rasgos, quizás no tanto con la maestría con que se muestra en pantalla.
Por supuesto que otros filmes como 'There Will be Blood', de Paul Thomas Anderson, magnífica epopeya sobre las nefastas consecuencias del sueño americano, también podría marcarse un baile con 'Ciudadano Kane' o 'La red social', como retratos épicos en torno a magnates egoístas, locos y solos, si bien la pesadez de la industria del petróleo poco tiene que ver con la volatilidad de los medios de comunicación y la tecnología.
O incluso 'El aviador', que sigue la vida del empresario del cine Howard Hughes, ambicioso innovador y perfeccionista, que como Jobs, vivió marcado por la orfandad y ciertos desarreglos mentales. Y forzando, o no, un poco más la maquina, podríamos considerar que la trilogía de 'El padrino', de Francis Ford Coppola, y especialmente su célebre segunda parte, es un análisis a fondo de cómo se erige un emporio, se construya este fuera o dentro de la ley, un asunto que, como sabemos, mantiene una frontera muy tenue y fácil de cruzar.