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Lucha a muerte por el voto conservador
Merkel combate con 5 millones de cartas la ofensiva liberal para robar votos a la CDU y la creciente amenaza de los euroescépticos
BERLÍN. Actualizado: GuardarLa coalición conservadora-liberal de Gobierno en Alemania parece no tener futuro tras las elecciones legislativas del domingo. Eso se desprende al menos de un mensaje por carta suscrito por la propia canciller federal, Angel Merkel, que millones de ciudadanos recibirán hoy en sus casas. En el texto, que elude referirse expresamente a la alianza y ni siquiera cita al Partido Liberal (FDP), Merkel pide a los electores que den sus dos votos a los partidos de la Unión, cristianodemócratas (CDU) y socialcristianos bávaros (CSU). Es decir, que apoyen a la CDU-CSU tanto al votar para el candidato directo de su distrito electoral como al elegir a un partido concreto en su respectivo 'land'.
La lucha a brazo partido por el elector de centro-derecha en Alemania alcanza un nuevo cenit y Merkel responde así a la desleal iniciativa de los liberales, en ningún momento consensuada con la Unión, de pedir el segundo voto de los electores conservadores para garantiza la supervivencia de la coalición pero, sobre todo, del tradicional partido bisagra alemán, al que las encuestas sitúan en la cuerda floja y amenazado de no obtener un solo escaño en el Bundestag.
«Si desean que siga trabajando como su canciller, vayan el domingo a votar y concedan sus dos votos a la CDU», señala el mensaje, en el que las cinco últimas palabras figuran bien destacadas impresas en negrita. Adelantada por la edición digital del semanario Der Spiegel, la carta dirigida a 5 millones de «queridos conciudadanos y conciudadanas» parece dar a entender que la Unión ha gobernado en solitario los últimos cuatro años al no citar ni una sola vez la actual alianza gubernamental ni a su socio liberal, tampoco al hacer balance de la legislatura y afirmar que «Alemania ha tenido cuatro buenos años. Juntos alcanzamos mucho», para acabar pidiendo que acudan a «familiares, amigos y conocidos» con el fin de convencerles de que vayan el domingo a votar y lo hagan a la CDU.
La canciller parece haber asumido así los resultados que ofrecen las distintas encuestas, que coinciden en augurar que la Unión y los liberales no conseguirán la necesaria mayoría parlamentaria para gobernar, mientras se perfila una 'gran coalición' con los socialdemócratas (SPD) como socio menor.
La campaña de última hora ya había sido anunciada por el secretario general de la CDU, Hermann Gröhe, más que nada para motivar al electorado tradicional de la Unión, que, ante la cantada victoria de Merkel, podría optar por quedarse en casa al concluir que su voto no es necesario. También habrá anuncios a página entera el día de las elecciones en los rotativos dominicales con el mensaje de Merkel para incidir en la importancia de cada sufragio.
FDP en las últimas
Para los analistas políticos, la campaña de los liberales de mendigar votos entre los simpatizantes de la Unión es síntoma de que la pequeña formación, el partido que ha participado en más gobiernos desde la fundación de la República Federal de Alemania tras la II Guerra Mundial, se encuentra en las últimas. Su mensaje no es precisamente de orgullo y seguridad en sí mismo.
La pérdida de representación en la Cámara regional de Baviera y su salida forzosa del Gobierno de Múnich -donde la CSU mandará desde ahora con mayoría absoluta- está detrás del pánico entre los liberales en la última semana de campaña para los comicios en Alemania y de la acción para arrebatarle votos a su socio mayor.
La ofensiva de mensajes al electorado de última hora de Merkel y la Unión tiene también un segundo objetivo. Trata de hacer frente a la creciente amenaza del novedoso y eurocrítico partido Alternativa para Alemania (AfD), que propone la salida de este país de la zona euro y la recuperación como moneda nacional del marco. De ideología conservadora-liberal, esta formación rechaza una mayor integración continental y defiende la soberanía nacional frente a un mayor traspaso de competencias a Bruselas.
Todos los sondeos concedían hasta ahora a este grupo entre un 2,5% y un 4% de votos, insuficiente para alcanzar representación parlamentaria, pero una encuesta del instituto INSA hecha pública ayer le augura por primera vez para el domingo el ansiado 5% de votos necesario para obtener escaños. Los sufragios y, llegado el caso, diputados que obtenga Alternativa para Alemania irán en detrimento de los partidos de centro-derecha, algo que sólo puede perjudicar a Merkel y a sus socios liberales. INSA subraya en su análisis que la todavía pequeña formación tiene la mayor parte de su electorado (41%) entre los abstencionistas y -algo mucho más preocupante para la canciller- entre quienes votan a «otros partidos». De hecho, arrastraría electores del FDP (22%) y también de la Unión (16%). Los euroescépticos han ganado considerable apoyo en las redes sociales y algo más tangible: 430.000 euros en 48 horas el pasado fin de semana.
Además del 5% a AfD, la encuesta de INSA concede a la Unión un 38% de votos, al SPD un 28%, un 8% a Los Verdes, un 9% a La Izquierda y un 6% a los liberales. Al igual que sondeos anteriores de otros institutos, la actual coalición de Gobierno conservadora-liberal no lograría una mayoría parlamentaria y sólo figurarían como alternativas posibles una gran coalición de conservadores y socialdemócratas o una novedosa alianza entre la Unión y Los Verdes.