Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
El líder escocés Alex Salmond visitó una guardería de Edimburgo antes del debate de ayer. :: REUTERS
MUNDO

Escocia escenifica el duelo por la independencia

Alex Salmond y el laborista Alastair Darling confrontan sus argumentos en el Parlamento a falta de un año para el referéndum

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

Los dos principales líderes de las campañas por el 'sí' y el 'no' en el referéndum escocés por la independencia cruzaron ayer sus argumentos cuando queda un año para la celebración de la consulta. Alex Salmond y Alastair Darling no expresaron nuevas ideas pero marcaron el tono que tendrá una larga carrera en la que el resultado, según Darling, «será más ajustado de lo que la gente cree».

Salmond, ministro principal del Ejecutivo autonómico, encabezó un debate en el Parlamento de Edimburgo en el que los diputados tuvieron oportunidad de añadir sus opiniones, expresadas sin grandes tensiones y a menudo con humor. Minutos antes, el jefe del Ejecutivo tuvo que responder a preguntas sobre asuntos habituales de la Administración, especialmente sobre la sanidad pública.

El líder independentista invocó en el debate general al laborista Donald Dewar, que, como responsable para asuntos escoceses en un Gobierno de Tony Blair que contaba entonces con el mayor número de diputados en la región, promovió la ley de autonomía y protagonizó la campaña del referéndum en el que la mayoría de la población aprobó lo que los británicos conocen como la 'devolución' de poderes. Para Salmond, el acierto de Dewar fue que argumentó en favor de la autonomía «por lo que somos y sobre cómo queremos comportarnos».

El ministro principal insiste en que sus adversarios intentan asustar a la población con mensajes sobre las consecuencias negativas que tendría la independencia. Para él, es «la oportunidad de darnos el poder para hacer nuestro país tan bueno como podría ser».

Darling es laborista, como Dewar, y su argumento principal es el económico. Fue ministro de Hacienda del también escocés Gordon Brown en el momento del estallido de la crisis financiera que puso el sistema bancario británico en grave peligro, en 2008. Advirtió ayer que la independencia perjudicará a la inversión extranjera y al comercio transfronterizo pero dijo que los empresarios tienen miedo de decirlo porque «temen la ira de los nacionalistas».

El caso catalán

En una entrevista con el 'Glasgow Herald', Salmond señaló que su Gobierno ha emprendido una pauta distinta a la del catalán, al aceptar una negociación con el de Londres sobre el contenido y regulación de la consulta. «Se podría hacer lo que Cataluña está haciendo y tener un referéndum sin acuerdo», dice Salmond, puntualizando que no es una crítica, «pero era mejor llegar a un acuerdo para que el referéndum sea aceptado».

Los liberal-demócratas, que gobiernan en coalición con los conservadores, han perdido mucho terreno en las autonómicas escocesas y celebran ahora su congreso anual en Glasgow, algo inédito. El ministro para Escocia en Londres. Michael Moore, lo cerró ayer afirmando que «los escoceses no quieren elegir entre lo escocés y lo británico para ser menos que lo que somos ahora». «¿Por qué debemos elegir cuando nos beneficiamos de ambas cosas?», sentenció.

Pero Salmond aprovecha la impopularidad de las políticas británicas de la reforma de la Seguridad Social o de la privatización de la empresa pública de correos para prometer que la Escocia independiente será también «socialmente más justa».