Berlusconi arremete contra los jueces en un vídeo y resucita Forza Italia

Silvio Berlusconi se marcó ayer uno de sus impagables vídeos delirantes en los que habla a la nación como salvador de la patria. Fue lo de siempre, pero cada vez está más apocalíptico. Otra vez confundió sus intereses con los de los italianos y tras su condena firme por evasión fiscal a cuatro años de cárcel, que le puede costar su escaño en el Senado, ve en peligro la libertad de todos. Así que llamó a los italianos a darle una mayoría absoluta en las próximas elecciones, cuando sean, y a salir a la calle a protestar: «Es la última llamada antes de la catástrofe» porque Italia es «una democracia mutilada» y «sin certeza del derecho». Repitió sus eternos ataques a la magistratura con las trolas recurrentes que mistifican la historia reciente del país. «¡Tenéis el deber de hacer algo!», ordenó.

La idea general de un discurso vago, sin ninguna mención a una ruptura de su coalición de Gobierno con Letta, fue que aunque le echen del Parlamento seguirá en política: «No es el escaño el que hace a un líder, sino el consenso popular». Como desde hace veinte años, a cada condena judicial pide una absolución en las urnas. Y en eso está. En un intento de vender como nuevo un producto de cuarta mano volvió a lanzar como gran revelación su partido original, Forza Italia, el nombre de 1994 que luego ha ido cambiando de siglas. Ve un paralelismo con aquella época, como si fuera igual de joven, y ayer comparó las investigaciones contra la corrupción de 'Manos Limpias', que derribó los partidos históricos, con la actual «agresión científica, planificada y violenta» para eliminarle. Proclamó su inocencia en sus procesos. «No he cometido ningún delito», dijo.