Economia

Bruselas amplía su control sobre el líbor y el euribor para evitar manipulaciones

La Comisión Europea asume la supervisión de unos índices a los que están sujetas 18 millones de hipotecas en España

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Comisión Europea dio ayer un nuevo paso en su hoja de ruta para intentar controlar los mercados financieros y evitar los errores que desembocaron en la mayor crisis económica desde la II Guerra Mundial. El Ejecutivo comunitario, según la normativa aprobada por el colegio de comisarios, se convertirá en el regulador y supervisor de los índices de referencia que dominan buena parte de las transacciones europeas e incluso mundiales, como son el británico líbor y el euríbor, si bien, el texto final rebaja sus ambiciones iniciales de control para no chocar con Londres. La compleja normativa nace del escándalo de la manipulación del líbor que estalló en verano de 2012 y que se cobró, de momento, la dimisión de tres altos directivos del Barclays.

Además hay una quincena de entidades bajo el foco de las autoridades comunitarias y judiciales. Aunque está radicada en Londres, es la tasa de interés más empleada por los bancos internacionales y su índice se calcula para tasas de corto y largo plazo en más de 10 monedas en 15 diferentes zonas horarias.

El texto presentado por el comisario de Mercado Interior, Michael Barnier, plantea que los índices de referencia «críticos» -tipificados así por su gran relevancia- sean controlados por las autoridades del país en que están basados, Reino Unido en el caso del líbor y Bélgica en el del euríbor, aunque compartiendo esa responsabilidad con un 'colegio' de supervisores formado por el resto de los países afectados por ellos, lo que en la práctica equivale a sentar a los Veintiocho a la mesa.

Decisión «pragmática»

En ese 'colegio' también estará presente la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), que actuará como mediadora en el caso de que existan desacuerdos, y sus decisiones serán de obligado cumplimiento. De este modo, la CE da la última palabra a la autoridad con sede en París, pero renuncia a su idea original de trasladar al ámbito comunitario la supervisión directa del líbor y el euríbor, una decisión «pragmática», en palabras del comisario de Barnier.

«Esta decisión no ha sido de debilidad. No tengo por qué dudar de las autoridades británicas a la hora de controlar el líbor», recalcó Barnier ante las críticas de diversos sectores por haberse plegado a los intereses de la 'city' londinense.

La propuesta, que ahora deberá ser consensuada con los socios comunitarios y respaldada por el Europarlamento, contempla multas para las personas que realicen acciones calificadas como «abusos de mercado» de hasta tres veces la cantidad de los beneficios logrados con la manipulación o hasta 500.000 euros, mientras que las compañías podrán ser sancionadas con el pago de un millón de euros o hasta el 10 % de su volumen de negocios anual.

Tanto el líbor como el euríbor se calculan a partir de la información diariamente aportada por un panel de entidades financieras privadas, en función de distintos factores como las transacciones que se realizan en el mercado interbancario, e influyen en los costes que pagan los ciudadanos y las empresas a la hora de contratar un préstamo, un crédito o una hipoteca.

A principios de 2012, según el BCE, el 60% de los préstamos acordados al sector no financiero en la zona euro y el 40% de los otorgados únicamente al sector inmobiliario se fijaban con tasas variables, con el euríbor como referencia en la gran mayoría de los casos. En España, por ejemplo, 18 millones de hipotecas están sujetas a este índice.

La norma, por otra parte, va mucho más allá del líbor o el euríbor ya que también se aplicará a los índices que se utilizan para materias primas, energía o derivados de divisas, así como los que se emplean para medir la rentabilidad de fondos de inversión. Los bancos centrales quedan excluidos porque ya tienen sus propios sistemas de control. «Han existido manipulaciones muy graves incluso antes del estallido de la crisis. La supervisión era insuficiente para todo lo que está en juego», advirtió el comisario Barnier.