La banca solo cambiaría deuda por el control de Pescanova
El presidente de la multinacional aún no contempla esa opción y agotará la búsqueda de un socio industrial que aporte ya liquidez
MADRID. Actualizado: GuardarQuita, es posible, pero no gratis. Esta es la principal conclusión que sacaron el presidente de Pescanova, Juan Manuel Urgoiti, y el representante de Deloitte -que ejerce como administrador concursal de la multinacional a petición de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)-, tras reunirse ayer con sus principales acreedores en el sector bancario.
Las siete entidades financieras (Sabadell, Bankia, Popular, Caixabank, Novagalicia, BBVA y Santander) que a finales de junio concedieron al grupo alimentario una línea de crédito de 56 millones de euros para seguir operando, al menos, hasta finales de año ante los graves problemas de liquidez que arrastra por su situación de insolvencia, rechazaron de forma tajante liberar a Pescanova de parte de los 3.641 millones que adeuda en la actualidad. De hecho, ni siquiera llegaron a hablar de hasta donde llegaría esa quita que, según Urgoiti, habría de alcanzar el 75% para evitar la liquidación.
La alternativa puesta sobre la mesa por esos bancos fue profundizar en la búsqueda de un socio industrial que aporte, a la vez, «un nuevo rumbo empresarial, un plan estratégico y, sobre todo, liquidez inmediata», señalaron fuentes del sector financiero. En este momento no hay ofertas concretas, pero sí un candidato que mostró algún interés en el pasado y que ya es socio del segundo máximo accionista de Pescanova, la cervecera Damm, que junto a los fondos Luxempart e Iberfomento logró aupar el pasado día 12 a Urgoiti -alto ejecutivo tiempo atrás del BBVA y el Banco Gallego- a la presidencia. Se trata de la multinacional alemana Oetker, especializada en alimentos congelados aunque con inversiones en otros ámbitos como la banca, los hoteles o el naval.
Otros posibles candidatos, pero peor vistos por carecer de ese carácter industrial, son los fondos de inversión Centerbridge y Fidelity. También la CNMV observa con buenos ojos la capitalización, aunque es cauta sobre el origen e intenciones de ese inversor. Y es que la pretensión de los bancos a los que Pescanova debe más dinero es que esta tenga continuidad para poder recuperar buena parte del dinero a medio y largo plazo.
Segunda vía
No obstante, tampoco descartan una segunda vía entrando ellos mismos en el capital de la compañía, es decir, cambiando deuda por títulos, lo que en la práctica supondría que asumirían la mayoría accionarial dado el importe multimillonario que se canjearía. No obstante, ni sería la solución más deseable para aquellos ni tampoco todas las entidades optarían por ella.
Los bancos extranjeros son los más reacios a entrar en Pescanova y aceptarían negociar algún tipo de quita -aunque el 75% referido les parece «excesivo»-, mientras que aquellos que provisionaron en su día toda la deuda pendiente no están por la labor de asumir los riesgos de una gestión empresarial. En el caso de Novagalicia, además, su doble condición de accionista postergaría el cobro de sus deudas.
Pese a las diferencias notables entre los deseos de Urgoiti y las intenciones de la banca, ambas partes volverán a reunirse para hablar tanto del plan de negocio como de la reestructuración de la deuda.