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FÚTBOL | EUROPA LEAGUE

Varas salva los tres puntos y el liderato del Sevilla en Estoril

Los de Emery fueron de más a menos en un partido emocionante y con falta de ritmo por parte sevillista

LUIS F. GAGO
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Desde Estoril hasta Turín hay 2.051 kilómetros. La distancia que deberá recorrer el Sevilla en su nueva andadura europea para intentar conquistar su tercer entorchado en la segunda competición de la UEFA. Comenzó su camino en tierra vecina, lo que se tradujo en una invasión andaluza por las calles de Cascais. No quiso por ello defraudar a una hinchada ilusionada y venció al débil club local por 1-2 en un choque repleto de altibajos. En un duelo que fue mezcla de falta de concentración y momentos de calidad de sus hombres más importantes, los de Nervión ganaron sin convencer dejando un mar de dudas de cara a su futuro más próximo. El empate en el otro encuentro del grupo coloca líder a los sevillistas como premio tras el sufrimiento vivido.

Con tres mil sevillistas en el anfiteatro de un estadio donde caben hasta 5000 aficionados, el Antonio Coimbra da Mota era un Sánchez-Pizjuán en versión lusa. Teñido de rojiblanco el graderío, el Sevilla salió con el ímpetu propio de quien juega en casa y no agazapado atrás como el visitante europeo que va a tierras desconocidas. Rotaciones obligadas por parte de Unai Emery tras un mal arranca de campeonato en Liga, tocaba dar el do de pecho en la competición favorita de los sevillistas en el siglo XXI. Bacca tuvo dos ocasiones en apenas veinte minutos para abrir el marcador. El colombiano debía demostrar mucho para intentar arrebatar el número uno de los delanteros a Gameiro, que le ha ganado esa carrera por el momento.

El empate a cero del descanso dejaba claro el resumen del partido. El Sevilla, de más a muchísimo menos, no sabía a qué jugar. Era incapaz de sobreponerse a la dureza de un contrincante que se empleó con la fiereza que un árbitro casero y el reglamento le permiten. El Estoril hacía aguas atrás y su mediocampo era superado por el hispalense, pero conocía cómo jugar a un equipo que adolece de dirección desde el banquillo. Los lusos, intimidados en su propio campo, timoratos porque solo se escuchaba a una única afición y no era la suya, confían todo su sino al exmadridista Balboa, esperanzados de que les resuelva los entramados que propone el adversario. En una jugada de calidad de los hombres de arriba rojiblancos llegó el tanto de Vitolo que debía poner la calma. Pero la tempestad volvió dos minutos después con el empate de Bruno Miguel tras una muy mala salida de Varas.

Ante las críticas que hasta Emery escuchaba sobre su persona en el banquillo de Cascais, el vasco decidió apostar fuerte con los hombres titulares. Dio entrada a Rakitic y Gameiro, artífices del segundo tanto nervionense, el que daría a la postre la victoria ante el jolgorio de los aficionados. Aunque el gran héroe fue Varas, quien salvó los tres puntos en el minuto 93 con una pierna milagrosa en la línea de gol. Sus simpatizantes se lo agradecieron. Harán la kilometrada de vuelta con una sonrisa en la cara pero con las dudas que sigue dejando un equipo poco hecho.