Una 'gran coalición' en el horizonte alemán
La crisis de los liberales invitaría a Merkel a recuperar la alianza con el SPD de su primer mandato, que es la que prefieren los votantes
BERLÍN. Actualizado: GuardarLas posibles alianzas postelectorales en Alemania son ya objeto de especulación a sólo cuatro días de las elecciones legislativas y a la vista de las constelaciones que plantean los sondeos demoscópicos, cuya coincidencia permite estudiar las alternativas a partir del lunes. Como es práctica tradición desde el final de la II Guerra Mundial, volverá a haber en Alemania un Gobierno de coalición bajo el liderazgo del partido más votado, que decidirá la figura del jefe del Ejecutivo, mientras las carteras ministeriales se repartirán de manera proporcional.
Nadie duda de que los partidos de la Unión -cristianodemócratas (CDU) y socialcristianos bávaros (CSU)- que dirige la canciller Angela Merkel repetirán victoria y además con una cómoda ventaja sobre sus más inmediatos rivales de la socialdemocracia (SPD). Pero es más que improbable que Merkel y su Unión repitan su actual coalición de Gobierno con el Partido Liberal (FDP), porque esa alianza posiblemente no obtenga una mayoría parlamentaria.
Los liberales, que hace cuatro años lograron el mejor resultado de su historia con un 13% de los votos, se encuentran sumidos en una crisis programática y de liderazgo, que les ha hecho caer en los sondeos hasta un ajustadísimo 5%, con lo que peligra incluso su acceso al Bundestag.
El FDP podría sufrir a nivel nacional la catástrofe del domingo en Baviera. De ahí su empeño en la recta final de la campaña en mendigar votos de los electores de la Unión para asegurarse su entrada en el Parlamento, para gran disgusto de Merkel, que no va a regalar ni un sufragio. Con resultados siempre bajos que rara vez se acercaban o superaban el 10%, el FDP ha logrado, sin embargo, participar en el mayor número de gobiernos en Alemania desde la II Guerra Mundial, con la Unión o con el SPD.
Menos probable aún es que los tres partidos de la oposición -socialdemócratas, verdes y La Izquierda- se unan para desbancar a Merkel. El SPD y Los Verdes han hecho campaña para reeditar la coalición que dirigió el país con el socialdemócrata Gerhard Schröder entre 1998 y 2005, pero los números no cuadran ahora y están muy lejos de superar a la alianza conservadora-liberal.
Ambas rechazan además de plano toda posibilidad de llegar a un acuerdo postelectoral con La Izquierda, la fusión de los excomunistas de la extinta RDA con un ala disidente del SPD liderada por Oskar Lafontaine, que antes había sido presidente de los socialdemócratas. Así que, aunque los sondeos indiquen una posible superioridad de esas tres fuerzas unidas, esa constelación gubernamental puede descartarse.
A la vista de que una reedición de la actual coalición conservadora-liberal y de que una alianza de izquierda cuentan con escasas posibilidades, los analistas especulan ya con la solución que más gusta a los alemanes: una 'gran coalición' de la Unión y el SPD. Unos y otros juran y perjuran que ése no es su objetivo, pero si los resultados fuerzan tal alianza, ambas formaciones son lo suficientemente pragmáticas y responsables para llevarla a cabo. Ya sucedió en la primera legislatura de Merkel, entre 2005 y 2009, en la que el ahora candidato socialdemócrata, Peer Steinbrück, fue responsable de la decisiva cartera de Finanzas. Tanto Merkel como Steinbrück niegan la posibilidad de repetir, pero la primera ha alabado los logros y el buen entendimiento de los dos partidos cuando gobernaron juntos, y el segundo ya se ha apresurado a declarar que, si llega el caso, quiere dirigir las negociaciones por parte del SPD para ese 'gran Gobierno' aunque no formaría parte de él.
La 'Pizza Connection'
Las encuestas destacan que los alemanes prefieren esa coalición por la seguridad que da un Gobierno sólido, con la posibilidad de realizar reformas legislativas, incluso constitucionales, al disfrutar de una mayoría aplastante. Sin embargo y dada la versatilidad de Merkel, a quien se cree capaz de gobernar en coalición con el diablo, existe aún otra alternativa atractiva para una parte del electorado. La canciller y su Unión podrían estudiar una alianza con Los Verdes, inédita a nivel nacional aunque el experimento ya funcionó entre 2008 y 2010 en la ciudad-Estado de Hamburgo.
Conservadores y verdes mantienen ya estrechos contactos desde la década de los 90 a través de la llamada 'Pizza Connection', un grupo de diputados que se reunía en un restaurante italiano en Bonn y que desde el traslado de la capital a Berlín frecuenta locales gastronómicos en el barrio de Kreuzberg. Encuentros en los participan pesos pesados de ambas formaciones.
Y aunque Merkel no se decante finalmente por esa alternativa, el solo hecho de que exista será una baza importante, llegado el caso, para presionar a los socialdemócratas en unas eventuales negociaciones para la formación de una gran coalición. Habrá quien plantee también una vía más de coalición tripartita entre la Unión, los liberales y Los Verdes. Sin embargo, los ecopacifistas, aunque tontean con la CDU, no quieren saber nada de los liberales y rechazan absolutamente esa posibilidad.