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Una exposición muestra la magnificencia de El Escorial, la «octava maravilla del mundo»
La muestra, que fue inaugurada ayer por la Reina, reúne numerosas piezas que de forma habitual están vedadas al visitante del monasterio
MADRID. Actualizado: GuardarEn su tiempo el Monasterio de El Escorial fue considerado la octava maravilla del mundo. Su interior albergaba joyas, libros corales, miniaturas y valiosísimas pinturas de los artistas preferidos de Felipe II: El Bosco y Tiziano. Muchas de estas obras permanecen habitualmente ocultas para el visitante que se adentra en el magnífico edificio, todo un emblema del Renacimiento y compendio del gusto del monarca: el arte flamenco e italiano. Ahora se pueden ver estas piezas en la exposición 'De El Bosco a Tiziano. Arte y maravilla en el Escorial', que acoge el Palacio Real de Madrid y que reúne relicarios, planos, ornamentos litúrgicos, códices miniados, encuadernaciones, tapices y dibujos.
La muestra, que fue inaugurada ayer por la Reina Sofía, tiene una segunda sede en la Casa de Oficios, situada frente al Monasterio de El Escorial, para conmemorar el 450 aniversario de la colocación de la primera piedra del edificio. Felipe II concibió el monasterio no solo como el mausoleo que acogería su tumba, sino también como un Arca de Noé, un refugio que daba refugio a verdaderas maravillas sagradas, como ternos y reliquias, justo en un momento en que en la convulsa Europa se ponía en duda su valor.
La exposición, que trata de mostrar todo el lujo y magnificencia de que dotó Felipe II a El Escorial, ilustra la idea de la contrarreforma que tenía este rey y mecenas. El monasterio se construyó en tiempo récord, en apenas 21 años, y ejemplifica la estética unitaria que le imprimió el monarca, una estética alejada de la sobriedad y la sencillez. Todo lo contrario: en el siglo XVI, el monasterio era todo un archivo, un ingente depósito de arte sacro, exuberante y riquísimo. Con la Guerra de la Independencia su patrimonio fue expoliado y quedó disperso, una estampa que impresionó a los viajeros extranjeros del XIX, quienes transmitieron una imagen de abandono y pobreza que ha inducido a equívocos durante mucho tiempo.
Cincuenta y cinco obras se dan cita en las salas del Palacio Real, donde se muestran pinturas de maestros como Patinir, Navarrete 'El Mudo', Pantoja de la Cruz, Sánchez Coello, Gerard David y Bernard van Orley.