La jota de Le Vert, la salsa del confidente y la pegatina de Franco

Pocas veces, por no decir casi nunca, todo un comisario de Policía expone de forma tan cruda ante un tribunal la realidad de la lucha antiterrorista. No la del mensaje oficial, la que se vende, sino lo que se cuece entre bambalinas. Durante la hora y cuarto de su declaración, Enrique Pamiés dejó un catálogo de perlas para enmarcar en la crónica judicial. «Cuando Garzón me acusó de colaboración alucinaba en colores, no le contesté...», afirmó después de conocer en boca del exjuez su implicación en el 'chivatazo'.

Sobre el confidente 'El Romano', su coartada en el juicio, avaló sus condiciones porque «estaba en la salsa de todo» y, siguiendo con el símil culinario, aseguró que si consigues un colaborador en el País Vasco «tú te lo guisas, tú te lo comes».

De la juez antiterrorista francesa Laurent Le Vert fue muy gráfico al hablar de su colaboración judicial. «A madame Le Vert ya le podemos bailar una jota, que si dice no es no, aunque se lo diga el presidente de la República». Una seriedad, la de Le Vert, que el acusado elevó a sus compañeros gendarmes. «Si están en pie de guerra antes de una operación, olvídate».

El verbo suelto del comisario también salió en una mención a Víctor García Hidalgo, ex director general de la Policía: «Le dije le echara huevos con Elosúa». Y con menos testosterona pero con fina ironía, su 'archienemigo' Carlos Germán tuvo tiempo para una 'chanza' en su declaración, al confesar que en casa de un supuesto etarra «encontramos una botella de vino con una pegatina del general Franco». Casi nada para una declaración formal ante un juez de la Audiencia Nacional. Y por un juicio de estas características.