Fukushito vs Cobri
Actualizado: GuardarEs incomprensible que, con la fama que tenemos de corrupción en España, no hayamos podido ganar una votación amañada como la del comité olímpico. Al conde de Romanones nunca le hubiese pasado –señor conde, que los socialistas me han dado tres duros por mi voto, dame los tres, te devuelvo cinco y me votas a mí!– Así se compran los votos en España y no con cafés con leche. No hemos estado a la altura del COI. Visto el sobrecogedor plan del circo olímpico deberíamos haber mandado a Bárcenas acompañado de Urdangarín y Sanchez-Gordillo. Eso sí que sería una candidatura triunfal.
Bárcenas reparte, si ganamos Urdangarín se lo recobra en comisiones, y por si perdemos tenemos a Sanchez-Gordillo que arrasaría en cócteles y mariscadas. Así por lo menos nos volvemos con algo. Más incomprensible aún es nuestra derrota por cuando nos ha ganado un país al borde de la guerra como Turquía y otro en pleno desastre nuclear como Japón. Lo de Tokio podría llegar a entenderlo, gran país que se levanta después de varios desastres, uno de ellos nuclear. Megaciudad con más de 12 millones de habitantes que verán los juegos y gobierno con dinero para pagarlos. Frente a esto, nuestro concepto de olimpiada baratita no tiene nada que hacer, por mucho que algunos le colgasen con cierta mala leche a Tokio de mascota a Fukushito, el pez con tres ojos. Por cierto, que otros nos colgaban a nosotros de mascota olímpica ‘el cobri’ sobrecito dispuesto a venderse al mejor postor. Pero lo que nunca entenderé es que nos ganase Turquía. Sobre todo sabiendo que los de Al Qaeda estaban deseando cambiar el nombre a Estambul por ‘EstamBUM’. En cualquier caso, y hablando en serio, creo que en España se banaliza la imagen de corrupción.
¿Sabía usted que en el 2000 de los 12 miembros del equipo de baloncesto paraolímpico español, 10 habían falseado sus incapacidades? ¿Sabía usted que los ciclistas españoles eran los expertos en inyectarse sangre para correr más? Sí, ha leído usted bien, de perro. España es el país donde todo está prohibido y todo se permite. Y, como decían los antiguos, cuanto más leyes y reglamentos haya en un país, más sinvergüenzas y ladrones que habrá. Ese es nuestro pecado, y aquí tenemos la penitencia.
#síguemeytesigo