«Somos cinco personajes que nos encontramos en la calle»
Con apenas un primer disco en el mercado, los vascos 'Dead Bronco' recuperan el sonido del mejor rock clásico con un estilo rockabilly que se revaloriza con fuerza
MADRIDActualizado:Hacía años que rodaban por el a veces ingrato camino de la expresión musical. Años con la guitarra a cuestas, el banjo colgando, el contrabajo abrazado, el cajón suavizado a fuerza de caricias y la música horadando el pecho, pugnando por salir. En la espalda, una mochila cargada con kilómetros, bares y escenarios. Hace apenas año y medio cruzaron caminos en las calles de Vizcaya y decidieron unir su experiencia y buen hacer para crear 'Dead Bronco', una formación que recupera el sonido del mejor rock clásico con un estilo rockabilly que se revaloriza con fuerza.
El flechazo callejero resultó en una ecléctica mezcla de cinco músicos. Óscar, contrabajista (y ex Dinamita Pa' los Pollos); Jokin Corral, al cajón y percusión; el otro Jokin (Torotika) -o 'Dolly Parton', fundador de Smile- al mando de lap stell y dobro; Alain Llopart, guitarra acústica y banjo; y la insólita voz de la formación, Paco Sánchez, un americano trotamundos que comenzó desfogándose en el universo punk de Florida, para reinventarse en México DF como solista folk y llegar después a Getxo, donde unió a esta sorprendente formación en torno a la música americana de raíces, el country, el folk y la influencia de tipos como Hank Williams o Billy Hancock.
Las ganas de hacer música fueron el punto en común de la banda, el resorte a través del cual comenzaron a hablar todos el mismo idioma. Y la sincronía sonó perfecta. “Somos cinco personajes músicos que nos hemos encontrado en la calle", resume 'Dolly'. Se hicieron amigos y comenzaron a tocar juntos, hasta que decidieron formalizarlo, ensayar y comenzar a crear sus propios temas. "Apareció Paco Sánchez, el creador de la banda, y cada semana nos traía un tema, lo trabajábamos y vimos que tenía buena acogida". De esa sincronía surgió su primer disco, 'In hell', donde cristaliza la mezcolanza de experiencias previas en un 'sonido desenchufado' que no deja indiferente y que han bautizado como broncobilly -o hillbilly-. "La nuestra es una música de raíces, del pueblo, fácil de digerir por todos pero con más caña, llegando también a más jóvenes sin ser llegar a ser ñoña", perfila. "Siempre nos han gustado los sonidos reales; que el contrabajo suene a contrabajo, el cajón suene a cajón, y la guitarra sea una acústica. Usamos instrumentos básicos que suenan a casero”.
El blues de la prisión
La mezcla explosiva y la energía de un cuidado directo bajo el brazo, llevó a la banda a ser premiada con el galardón al 'Mejor Videoclip 2012' del Cinemad, un conocido festival de cine independiente al que se presentaron 180 grupos, por su vídeo 'False Hearted Lover' ('Indio'). El hito ayudó a la banda a darse a conocer y comenzó a ser reclamada por festivales de todo el país. Su gira de conciertos les llevó también hasta la prisión de Nanclares de Oca, donde estuvieron a un pelo de provocar un motín entre los presos cuando arrancaron los acordes del ya mítico 'Folsom Prison Blues' de Johnny Cash -'Le disparé a un hombre en Reno / solo para verlo morir'-. Los guardias, en tensión, se llevaron la mano al cinto, pero la situación se resolvió en un baile y batir de palmas por parte de los reclusos, que terminaron ovacionando a la banda por hacerles volar por encima de los muros de la prisión.
Paradójicamente, el grupo, que reivindica en su música las raíces más ancestrales, sobrevive en el presente gracias en parte a internet y al concepto de 'crowfunding', un sistema a través del que sus seguidores son quienes financian al grupo comprando por adelantado el disco y recaudando así el dinero necesario para editarlo, producirlo y ponerlo finalmente en el mercado. "Si no, hubiera sido imposible", confiesa Corral. La iniciativa les salió mejor que bien e incluso superaron el objetivo marcado. "Fue maravilloso, pusimos un vídeo y empezaron a comprar y a comprar... pero luego viene el lío de enviar todos los discos", apunta el otro Jokin. "Nosotros mismos los ensobramos y los enviamos", reconocen entre risas. El sueño está cumplido.