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El pequeño traspié de don Juan Carlos

El Rey retoma su agenda oficial con cuatro audiencias y el susto de un leve tropezón

MADRID Actualizado: Guardar
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El Rey ha retomado su agenda con más fuerza tras una convalecencia que le ha mantenido apartado de sus responsabilidades oficiales desde que fuera sometido a una operación de hernia discal el pasado mes de marzo, debido a la cual se ve obligado desde entonces a desplazarse con muletas. En apenas una semana ha concedido más de cinco audiencias. Este jueves decidió intensificar su actividad. Los salones de La Zarzuela acogieron hasta cuatro recepciones a lo largo de la jornada, una de las cuales a punto estuvo de costarle caro al Monarca por un inoportuno traspié que no tuvo mayores consecuencias.

Con el recibimiento en Palacio de Susana Díaz, recién investida presidenta de la Junta de Andalucía, como acto central, Juan Carlos abrió con energía una jornada de intensa actividad, con cuatro audiencias programadas. En una ellas, tras los saludos de rigor y al tratar de situarse para el posado de la foto de familia, don Juan Carlos perdió el equilibrio. El tropiezo quedó en un susto gracias a los reflejos de los generales que lo acompañaban, que lograron sostenerle para evitar la caída.


Audiencia con Susana Díaz
El encuentro la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que fue investida por el Parlamento andaluz el pasado 5 de septiembre, ha sido el primero en el que Su Majestad ha tenido la oportunidad de recibir a una mujer como jefa del Gobierno de la Junta de Andalucía. Don Juan Carlos también recibió en audiencia al ministro de Asuntos Exteriores de la República Portuguesa, Rui Machete, quien acudió al Palacio de La Zarzuela acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, el embajador de España en Portugal, Eduardo Junco, y el embajador José Tadeu da Costa Soares.

El Monarca saludó cordialmente al ministro, a quien preguntó cómo se encuentra el presidente Anibal Cavaco Silva y comentó, en tono distendido, que él aprendió portugués con ocho años, cuando su familia vivía en Estoril, después de bromear con el embajador español en Lisboa sobre sus progresos en la lengua lusa.

Después de posar junto a los tres, sin bastón, para los medios gráficos, les invitó a pasar a su despacho, donde el Monarca tuvo oportunidad de abordar con Machete cuestiones bilaterales y asuntos comunitarios de interés común, como las interconexiones de la Península Ibérica con el resto de Europa y los acuerdos comerciales de la UE con naciones de otros continentes.