El-Asad se crece y torpedea el diálogo
El encuentro en Ginebra enfrenta a Kerry con la condescendencia de un interlocutor ruso que subraya que sería «inútil» atacar Damasco El líder sirio se prodiga en los medios para exigir que Obama deje de amenazarle con la fuerza
MOSCÚ .Actualizado:El ataque La nueva exigencia que Rusia se acaba de sacar de la manga, la de que Estados Unidos renuncie al uso de la fuerza para, según el presidente Vladímir Putin, favorecer que Siria ponga su arsenal químico bajo control internacional, amenaza con hacer estériles los esfuerzos para consensuar una resolución de la ONU que articule tal proceso de desarme.
Con éste propósito iniciaron ayer conversaciones en Ginebra el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, pero el primero cree que mantener la espada en alto es precisamente lo que hará que Damasco colabore, mientras que su interlocutor estima lo contrario. «No ya Siria, ningún otro país va a desarmarse cuando sobre él pende una amenaza de intervención», sostiene Putin.
Al comienzo de la reunión de Ginebra, Kerry dijo que el propósito manifestado por las autoridades sirias de deshacerse de sus armas químicas «no es suficiente». Admitió además que entre Moscú y Washington hay «discrepancias» en cuanto a la autoría del ataque químico del pasado 21 de agosto en Guta. Sin embargo, añadió el canciller estadounidense, «hay mucho en lo que estamos de acuerdo, como en que el 21 de agosto, hombres, mujeres y niños murieron debido a armas químicas, también en que nadie debe emplear estas armas nunca y en que debemos trabajar con la comunidad internacional para que no sigan existiendo en Siria».
Por su parte, Lavrov señaló que «partimos del principio de que la solución de este problema hace inútil un ataque a Siria. Estamos convencidos de que nuestros socios estadounidenses prefieren de lejos una solución pacífica a este problema». El presidente Barack Obama, que ha abrazado a la desesperada la vía diplomática después de constatar la oposición de los estadounidenses a una nueva guerra, declaró que tiene la esperanza de que el encuentro entre Kerry y Putin «pueda arrojar resultados concretos».
Pero el apoyo recibido de su aliado más poderoso, Rusia, está haciendo que el dictador sirio, Bashar el- Asad, se crezca y pretende fijar sus condiciones. En una entrevista difundida por el canal ruso Rossia-24, El-Asad declaró desde Damasco que pondrá sus arsenales prohibidos bajo control de la ONU y suscribirá la Convención Internacional para la Prohibición de Armas Químicas (CAQ), pero advirtió de que no le mueve la amenaza de ataque. Y tampoco se desarmará de forma «unilateral». «Esto no significa que Siria firmará los documentos, cumplirá las condiciones y ya está. Es un proceso de dos direcciones y, principalmente, contempla que EE UU abandone su política de amenazas hacia Siria», aseguró. Según sus palabras, «cuando veamos» que Washington «realmente quiere estabilidad en nuestra región y deja de amenazar, buscando un ataque, y también cese el envío de armas a los terroristas, entonces creeremos que pueden concluirse los procesos necesarios hasta su culminación».
El presidente sirio dijo a la cadena rusa que empezará a facilitar datos sobre su arsenal químico «un mes después de la firma» de la CAQ. Los trámites para la adhesión a la Convención comenzaron ayer con el envío a la ONU de los correspondientes documentos. «Si deseamos estabilidad en Oriente Próximo, es necesario que todos los países se adhieran a los acuerdos, y el primero que debe hacerlo es Israel, pues posee armas atómicas, químicas y biológicas», subrayó el líder sirio.
Alabanza a Moscú
El-Asad insistió en que la idea de acometer una acción militar contra Siria «se basa en una provocación con empleo de armas químicas llevada a cabo en el suburbio de Damasco, en Guta, orquestada por el Gobierno de Estados Unidos». «Tenemos que investigar escrupulosamente este incidente para conocer la composición de las sustancias, y qué bando las utilizó. Y lo más importante, saber qué países entregaron los componentes tóxicos a los terroristas a fin de castigarlos».
En su estridente salida a escena, el presidente sirio no olvidó referirse a Rusia como el Estado que «juega un importantísimo papel en este proceso, porque nosotros ni confiamos ni tenemos contactos con EE UU. Rusia es el único Estado que puede llevar a cabo» el plan para evitar una intervención militar. Según el diario ruso Kommersant, la iniciativa que propone Rusia, en manos ya de los americanos, consta de cuatro etapas: Adhesión de Siria a la CAQ; comunicación de la ubicación de su arsenal químico y las factorías de fabricación; autorización para que los inspectores puedan acceder a tales sitios y, finalmente, destrucción de todas las sustancias químicas, tarea que acometerán probablemente Washington y Moscú.
Kerry y Lavrov, que acuden al diálogo en Ginebra acompañados de expertos en armas químicas de sus respectivos países, se reunirán estos días también con el mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi. Ayer ya mantuvo un encuentro con él la parte americana y hoy lo hará la rusa.