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Noticias menores

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El ritual matinal ha cambiado. Ya no se encuentra placer en cumplir con el deber gastronómico y saludable de un desayuno mediterráneo abriendo las páginas del rotativo de la mañana. El tacto del papel endeble y algo áspero, la adecuación del espacio de la mesa y su entorno al formato del periódico y ese olor a tinta recién instalada en los renglones suponía abrir la ventana al mundo. Al local, al nacional y al del más allá. Ahora todo es diferente. Las noticias se nos cuelan sin avisar, fluyen a su antojo en medio de alardes de publicidad inevitable a través de nuestros aparatos electrónicos de última generación.

Antes el periódico tenía un principio y un final, ahora al amparo del click puedes perderte entre noticias no buscadas, no sabrás donde estás ni cómo has llegado hasta allí. No distinguirás lo importante de lo anecdótico.

Para Antonio Muñoz Molina «cuanto más parece que se acorta el tiempo más rápido acude el olvido». Eso sucede con las noticias cuanto más rápido manan antes caen en el pozo del abandono. El Barómetro de Confianza Institucional realizado por Metroscopia el paso mes de julio, en el que se mide la valoración de la ciudadana a las principales instituciones, entidades y grupos sociales de nuestro país, suspende estrepitosamente a los partidos políticos, con menos de un 12% de valoración, y a los políticos con menos de un 6%. En el otro extremo, los mejor valorados son los investigadores científicos, el personal de la sanidad pública, el profesorado de la enseñanza pública y las fuerzas de seguridad del Estado. Esta desconfianza con nuestros dirigentes tiene mucho que ver con su falta de transparencia, con esa opacidad con la que gestionan sus asuntos. Es paradójico que lo público sea lo mejor valorado y que sus principales gestores caigan en ese suspenso rotundo.

Escudriñando la prensa, buscando entre esas noticias menores, esas que pasan desparecidas y en las que tal vez no hayas reparado con la suficiente atención, podemos encontrar la explicación. «La última reunión de la Comisión de Financiación y Control de los Partidos Políticos del Parlamento de Andalucía, celebrada el pasado 27 de junio, duró un minuto». Esta Comisión fue creada a bombo y platillo en nuestro Parlamento en 1992. Su objetivo fundamental era el de controlar las cuentas de los partidos y garantizar que su financiación se hace conforme a Ley. Desde su creación se ha reunido en nueve ocasiones, y en total suman 61 minutos de deliberaciones en los últimos 21 años. Por participar en la misma su presidente, sus vicepresidentes y sus vocales cobran complementos de sueldos mensuales fijos, independientemente del número de reuniones a las que acudan. Con estos escrupulosos sistemas de control no nos debemos extrañar haber llegado a esta situación de descalabro en este laberinto político a espaldas de la democracia y de la ciudadanía. ¡A todos se les ve el plumero!