Rajoy rechaza que mintiese al Congreso sobre Bárcenas pese a la declaración de Cospedal
«Nada ni nadie ha desmentido lo que dije el 1 de agosto», respondió el presidente a Rubalcaba y Lara, que volvieron a pedir su dimisión
MADRID.Actualizado:Lo advirtió, y lo está cumpliendo. Mariano Rajoy no se mueve ni un ápice de las explicaciones que dio sobre el 'caso Bárcenas' el pasado 1 de agosto ante el Congreso. No cambia ni una sola coma de aquella intervención. El presidente del Gobierno se siente a gusto en esta especie de bucle infinito en el que permanecerá hasta que los miembros de la oposición parlamentaria o los representantes de los medios de comunicación cesen en atacar el flanco de la presunta financiación ilegal del PP.
«Cuando fui elegido presidente del Gobierno el señor Bárcenas no estaba en el partido, no era el tesorero y no tenía representación política». Rajoy dio esta misma respuesta al jefe del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al coordinador de IU, Cayo Lara, quienes ayer le acusaron de mentir a la Cámara baja al negar que mantuvo vínculos con Bárcenas después de llegar a la Moncloa. Rubalcaba ironizó, ante la negativa de Rajoy, si el PP tenía a muchos ciudadanos en nómina que ganen 200.000 euros al año sin responsabilidad ni tarea alguna, en alusión al sueldo que recibió el extesorero hasta meses después de dejar Génova.
Una prestación que centró las réplicas de este debate. El máximo dirigente socialista recordó que María Dolores de Cospedal declaró ante el juez Pablo Ruz que fue Rajoy quien le comunicó los detalles del acuerdo económico al que había llegado con Bárcenas el partido. Un acuerdo que se fraguó en marzo de 2010 en el despacho del presidente del Gobierno y en presencia del vicesecretario de Política Autonómica del PP, Javier Arenas. Según consta en el sumario del caso, el juez le preguntó directamente a la secretaria general del PP lo siguiente: «¿Quién le puso en conocimiento de esa reunión?». Cospedal, a la que Cayo Lara definió como la verdadera «prima de riesgo del Gobierno», respondió: «El presidente», y añadió que «por lo menos» ocho meses después de que se celebrara el encuentro.
Pese a ello, Rajoy negó ante el hemiciclo que Cospedal le hubiese responsabilizado de este acuerdo y acusó a Rubalcaba de mentir sobre la testifical de su número dos en el PP. Tanto Rubalcaba como Lara volvieron a pedir la dimisión del presidente del Gobierno. Una posibilidad que Rajoy asegura que jamás ha llegado a contemplar porque, a su juicio, «nada ni nadie ha desmentido y ninguna presunta información puede desacreditar parcial o totalmente lo que dije el 1 de agosto salvo que falte a la verdad».
El cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba fue calentándose. El secretario general del PSOE, parafraseando a Winston Churchill, espetó a su rival: «Su historia es una patraña envuelta en una mentira que desemboca en un embuste».
El presidente hizo frente a la cita con un golpe soterrado, que tuvo sabor a aviso a navegantes. Recalcó que no entrará en el «y tú más» sobre casos de corrupción pese a que tiene oportunidades para hacerlo y «especialmente en el día de hoy (por ayer)», en clara alusión a la petición de imputación de Griñán y Chaves en el caso de los ERE.
Trama de corrupción
Cayo Lara también recurrió a una cita histórica para adornar su tesis de que Rajoy ha pasado «del silencio a faltar a la verdad en sede parlamentaria para tratar de ocultar su relación con la trama de corrupción en el PP». Eligió una frase que Estanislao Figueras, presidente de la I República española, dirigió a su propio consejo de ministros, antes de dimitir. «Señores, ya no aguanto más, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros».
Tras la puesta en escena de los primeros espadas, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la portavoz del grupo Parlamentario Socialista, Soraya Rodríguez, entablaron su habitual combate dialéctico. La diputada del PSOE arrancó con el cuchillo entre los dientes: «Usted, solamente pensando en salvar su imagen no habla de su partido ni para defenderlo», le espetó a la número dos del Ejecutivo. Sáenz de Santamaría afeó a los socialistas su tendencia a dar «lecciones sobre corrupción» y levantarse de la mesa de negociación de la Ley de Transparencia esgrimiendo el 'caso Bárcenas' mientras tiene el frente abierto de los ERE en Andalucía. Reclamó prudencia tanto a su oponente como al propio Rubalcaba y lamentó que el PSOE «cuando hay una decisión judicial -caso ERE- piden prudencia y cuando no la hay -financiación ilegal del PP- usted juzga y condena».