El profesor belga liberado exculpa a El-Asad del ataque químico
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa liberación del profesor universitario belga Pierre Piccinin da Prata y del periodista italiano Domenico Quirico, que permanecían retenidos desde el 8 de abril en Siria, fue mucho más allá de provocar las lógicas expresiones de alegría y los consiguientes debates sobre cómo y cuánto se había pagado por el rescate, algo negado de forma tajante por el Gobierno de Bélgica.
El politólogo, que llegó a Bruselas en la madrugada de ayer procedente de Italia, aseguró que el ataque con armas químicas perpetrado el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco y que provocará salvo sorpresa un ataque de Estados Unidos no fue cosa del régimen de Bashar el-Asad, sino de los rebeldes. «El Ejército Sirio Libre (ESL) fue el que nos detuvo y luego nos entregó a la brigada de Abu Ammar, un jefe de guerra», aclaró.
Así lo aseguró de declaraciones a varios medios locales este profesor de Historia de un liceo de Philippeville, al sur de Bélgica. Desveló que en un momento de su cautiverio, él y el veterano periodista de 'La Stampa', de 62 años, escucharon una conversación a través del sistema de llamadas telefónicas on line Skype en la que tres personas aseguraban que el ataque había sido autoría de los rebeldes, grupo opuesto al régimen que los secuestró.
«Creía estar en Marte»
No obstante, la contundencia con la que se expresó el profesor -«es un deber moral decir que no fue El-Asad»- no fue tal en palabras del informador, que aunque admitió la existencia de la conversación, recalcó que lo desconocían todo, desde la identidad de esas personas como la existencia de un ataque químico. «Es una locura decir que yo sé eso. No hay que olvidar que éramos prisioneros que escuchaban cosas a través de las puertas. No tengo elementos para juzgar», apostilló.
Respecto a su secuestro, Piccinin aseguró encontrarse «bien» tanto en lo físico como el psíquico «pese a las torturas, las humillaciones y las falsas ejecuciones» sufridas. «Los últimos cinco días han sido terribles» dado que permanecían «encerrados» mientras «las bombas caían cerca», testimonio corroborado por el periodista, que aseguró a veces «creer estar en Marte». Ambos resaltaron el caos que se ha apoderado del país.