EE UU abre una vía de escape a Siria
Rusia alienta la propuesta de Washington de que el régimen entregue todo su arsenal de armas químicas para evitarla intervención militar
NUEVA YORK.Actualizado:Probablemente no era su intención, pero ayer John Kerry abrió sin darse cuenta la puerta a Siria para escapar de sus misiles Tomahawk. Un portavoz del Departamento de Estado se apresuró a aclarar que hablaba de forma retórica, pero la comunidad internacional no ha querido desaprovechar la oportunidad de evitar el bombardeo y ha forzado a EE UU a hacer suya la propuesta. «¿Hay algo a estas alturas que pueda hacer el Gobierno de El-Asad para detener el ataque?», le preguntó la corresponsal de CBS en Londres. «Claro que lo hay», ofreció Kerry. «Podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana que viene, sin demora alguna, para permitir que se verifique al completo. Pero no va a hacer eso, y obviamente tampoco se puede hacer».
En Moscú, el ministro Serguéi Lavrov recogió el guante y se lo lanzó a Siria como un salvavidas al que aferrarse. «Llamamos al líder sirio no solo a aceptar la oferta de almacenar todas sus armas químicas bajo el control internacional sino a proceder a su destrucción y sumarse al tratado para la prohibición de armas químicas», anunció. El ministro de Asuntos Exteriores sirio saludó la propuesta, pero no concretó si acepta el plan.
Kerry parecía pensar que incluso de aceptarla no es posible llevarla a cabo, pero el secretario general de la ONU Ban Ki-moon ofreció la ayuda de su organización para asumir ese reto. «Sería lo ideal», afirmó, «y creo que si el Gobierno sirio lo acepta la comunidad internacional podría llevarlo a cabo velozmente». De hecho, Ban, que nunca ha dejado de buscar opciones para evitar la guerra, aseguró que es una de las propuestas que pensaba hacer al Consejo de Seguridad de la ONU cuando lo convoque para presentarle el informe de los inspectores, que dice no haber visto todavía.
Lo que Ban considera veloz tardaría meses en poder llevarse a cabo, según los expertos, y presentaría el reto de verificarlo en un escenario de guerra. Teniendo en cuenta las dificultades que encontraron los inspectores a las afueras de Damasco simplemente para recoger muestras de los ataques químicos del 21 de agosto, nadie cree que esa opción sea viable. Quizás por eso la Casa Blanca ha decidido aceptarla.
Con todo el Gabinete entregado a convencer a los legisladores para autorizar el ataque, y el presidente listo para presentar su alegato a la nación, la espontánea declaración de Kerry ha sido «una gran metedura de pata», confesaron fuentes del gobierno a CNN. «Mi impresión es que estaba respondiendo a una pregunta de forma hipotética», admitió el asesor adjunto de seguridad nacional Tony Blinken, «pero saludamos la propuesta y hablaremos con los rusos de ella. Blinken no se mostró muy optimista sobre sus resultados porque «es algo que llevaría tiempo, recursos y probablemente un ambiente de paz», advirtió.
Obama dio a su antigua jefa de la diplomacia, Hillary Clinton, la oportunidad de recuperar el centro político. Tras ser recibida en el Despacho Oval, Clinton celebró la posibilidad de que Siria entregue a la comunidad internacional sus arsenales químicos pero advirtió de que «no puede servir de excusa para retrasos u obstrucciones».
Una humillante derrota
La Casa Blanca aprovechó la oportunidad para apuntarse el tanto al recordar que la comunidad internacional lleva veinte años intentando que Siria se adhiera al tratado para erradicar el uso de armas químicas. El repentino voluntarismo de Damasco para sumarse al tratado llega «ante la amenaza creíble de EE UU» de atacar Siria, por lo que «ahora es todavía mas importante que no bajemos la presión», añadió el adjunto de seguridad nacional.
El presidente mantendrá el pie en el acelerador, decidido a saturar las ondas con las seis entrevistas que concedió ayer a las principales cadenas de televisión. El propio Kerry, que por la mañana estaba en Londres, se reunió por la tarde con los congresistas para convencerles de que tienen que dar el apoyo al presidente. A los de su partido, porque no pueden convertirse en el obstáculo de Obama. Y a los de la oposición, porque no pueden fallarle a Israel. De hecho, los lobbies judíos de Washington mandaron ayer a más de 200 representantes al Capitolio para presionar a los legisladores de que deben votar en favor de la resolución que desaprueba casi el 60% de los estadounidenses. El Senado tiene previsto votar mañana, pero la Cámara Baja no lo hará hasta final de semana, y puede que hasta la semana que viene.
Es en esta cámara donde la Casa Blanca teme una humillante derrota que le dejaría con las manos atadas para responder al ataque, al menos hasta que Siria volviese a actuar. De ahí que muchos vieran con buenos ojos la puerta que Kerry ha abierto sin querer. «Tanto si lo dijo a propósito o no, esto puede funcionar muy bien, si el mundo es capaz de coger esas declaraciones y salir corriendo con ellas», dijo Van Jones, que fuera asesor del presidente para la creación de empleos verdes y le ayudó a ganar la reelección movilizando a las bases. Las mismas a las que ahora arenga para frenar la amenaza bélica.
es el porcentaje de estadounidenses que se oponen a una intervención militar de su país en Siria, según un sondeo publicado ayer por la cadena CNN.
de cada diez franceses verían injustificado que se implique París. El mayor rechazo, según 'Le Nouvel Observateur', procede de los encuestados de derecha.
es el índice actual de oposición en Reino Unido a una participación británica. Los ciudadanos que rechazaban intervenir eran el 50% en agosto, según YouGov.