opinión

Paseo crítico

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Es una idea que se desliza en relatos de viaje. Como en Pasaje a la India de Foster o Un Fotógrafo en La Plata de Bioy Casares: un mismo recorrido ofrece diferentes lecturas. Hemos descrito alguno de los paseos que pueden disfrutarse sobre nuestro barco de piedra. Podemos rehacer uno por la borda de poniente con mirada menos complaciente, pues allá donde la ciudad parece ser más bella mayores disparates ha podido perpetrar recientemente la mano del hombre. Comencemos por el Paseo de Santa Bárbara, cubierta desangelada de un parking subterráneo donde pudo levantarse un espléndido Palacio de Congresos según proyecto de Navarro Baldeweg. Oportunidad perdida, como la de trasladar el Parador a un Valcárcel ahora abandonado cuyo estado preludia la pérdida de uno de los edificios neoclásicos más importantes de Andalucía. Eso hubiera permitido ampliar el parque y evitar la desafortunada construcción de un edificio de torpe factura que quiebra una línea de acertadas intervenciones en el Centro Histórico. Si nos situamos cerca de la estatua del libertador Bolívar, soportando tanto la pretenciosa mole del nuevo parador como ese conjunto de edificios vulgares que se llama irónicamente Hollywood, podemos observar qué ha ocurrido con esas otras arquitecturas que sí supieron contextualizarse en el entorno mágico de la Caleta de Santa Catalina sin renunciar a su obligada modernidad. La Escuela de Enfermeras de Jiménez Mata (1968) ya fue demolida a despecho de su interés. Olivillo y Naútica se han dejado arruinar como disculpa para su demolición, con el sarcasmo de reproducir falsariamente sus fachadas. No entiendo la estupidez de quien reduce el valor arquitectónico de un gran edificio a una imagen de cartón.

Hubo quien quiso demoler también el Balneario de la Palma, afortunadamente restaurado pero infrautilizado. No estaría de más recuperar su uso como balneario, la lenta recuperación del Castillo de San Sebastián y de la Avanzada de Santa Isabel podría servir para regenerar el entorno. Yo propondría llevar allá los usos arqueológicos del Balneario; definir una actividad para Valcárcel que podría ser Ciudad de la Justicia. Y desde luego peatonalizar el arco entre Castillos. Pero ya que tenemos junto a la puerta de La Caleta la imagen de Quiñones preguntémosle.